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Según el Gobierno Regional de Cusco la crisis económica y sanitaria dejaría 150,000 pobres más en la región, y alrededor de 30 de cada 100 cusqueños quedarán desempleados. Una noticia que debe preocupar a los peruanos de buena voluntad y que debe encender todas las alarmas en el Ejecutivo y en el Congreso. Un fenómeno que se repetirá en casi todas las regiones.
Según el censo de 2017, en Cusco la pobreza afectaba al 25.2% de la población. Como consecuencia de la crisis generada por la pandemia ese sector crecerá en 10 puntos porcentuales; es decir, a 35%. Ello quiere decir que 35 de cada cien cusqueños serán pobres al finalizar el año, porque diez habrán recaído en este problema. Y si bien es cierto que la pandemia ha generado un profunda depresión de la economía del país, como no se había visto en los últimos cien años, también cabe indicar que el Ejecutivo ha cometido yerros increíbles en la política sanitaria. El resultado, entonces, es el recrudecimiento de la crisis económica y un retorno a la pobreza en varias regiones del Perú.
Honestamente consideramos que la cifra del crecimiento de la pobreza se podría quedar corta, si entendemos que en Cusco muchas familias dependen del turismo, sobre todo del turismo informal. Con la caída del turismo a nivel internacional, el Perú –y sobre todo el Cusco– ha perdido al segundo sector más importante, después de hidrocarburos y minería. Entre el 16% y 20% del PBI cusqueño era aportado por el turismo; no obstante, era el generador de empleo más importante de la región: más de 100,000 puestos de trabajo dependen de la actividad turística. Según un informe de la Universidad San Antonio Abad, el turismo dejaba alrededor de S/ 21,000 millones en la región. El problema es mayor si se entiende que Lima y Cusco eran las paradas habituales de los turistas, que gastaban en la ciudad inca un promedio de US$ 800. Hoy esos ingresos simplemente ya no existen.
En el referido reporte del Gobierno Regional del Cusco se estima que en 2020 han dejado de operar alrededor de 60,000 empresas formales (32.3%) de las 124,912 registradas y habilitadas por la superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat). Estas cifras, sin duda, revelan el grado de la crisis económica.
Y no solo eso, en el reporte también se indica que hasta el 2018 en Cusco había una tasa de desempleo de 2.9%, en tanto que en el 2019 fue de 1.9%. Sin embargo, con la pandemia, siguiendo el mismo informe del Observatorio Socioeconómico Laboral Regional, el desempleo subirá a más de 30%. Si se hace un análisis y comparativo entre las provincias cusqueñas, en Urubamba, Quispicanchi y Paruro el desempleo tendrá una avance de hasta 30% y 40%. En La Convención el desempleo llegará a 28.9%. Vale recordar que Urubamba, es una de las provincias más golpeadas, porque allí operan el mayor número de empresas ligadas al turismo.
Sin duda, lo que tenemos ahora es una crisis de magnitudes sorprendentes. ¿Qué se debe hacer? La inversión privada es importante y el Gobierno Regional debe organizar un shock de inversiones públicas y privadas.
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