A pesar de la revolución digital y la revolución en las ...
Se anuncia un gran gran paro regional indefinido
En una reunión realizada días atrás, Edy Benavides, líder antiminero y alcalde de la provincia de Hualgayoc-Bambamarca, y los líderes e integrantes de las rondas campesinas pusieron fecha para la realización de un gran paro regional indefinido: el 25 de mayo. ¿El motivo? Benavides y los líderes ronderiles exigen la salida inmediata de todas las empresas mineras que existen en la provincia y la prohibición de otros proyectos mineros futuros, incluyendo a Conga. El radicalismo antiminero se prepara con anticipación para liquidar a la minería moderna, mientras el gobierno aún no logra articular una estrategia integral para afrontar y gestionar los conflictos sociales alrededor de los proyectos extractivos, sobre todo en Cajamarca. Vale recordar que Edy Benavides ya amenazó con un ultimátum a la Compañía Minera Coimolache-Tantahuatay (cuya ampliación se hizo en el 2012, con una inversión de más de US$ 300 millones) para que se retire. Sin ningún sustento técnico, Benavides exigió que la empresa minera cese sus actividades ya que, según la autoridad provincial, el proyecto estaría “destruyendo las lagunas, ríos y bofedales en Hualgayoc”.
En la provincia de Hualgayoc-Bambamarca están ubicadas los proyectos mineros Yanacocha, Galeno, Coimolache-Tantahuatay, Conga, La Granja, Gold Fields y Shahuindo, además de otros proyectos que ya concesionados o en etapa de exploración. En aquella reunión, Napoleón Gutiérrez, presidente de las rondas campesinas del distrito de Hualgayoc, y Nelter Guevara, presidente del Frente de Defensa de Chugur, sostuvieron que no admitirán ningún tipo de negociación con las empresas mineras.
El movimiento antiminero ignora que casi el 80% del empleo directo e indirecto en la zona es creado por las empresas mineras. Si las empresas mineras salen de la provincia se generará desempleo y se perderán los círculos económicos que benefician a la población. Para entender la potencialidad de la minería, vale señalar que Conga representa una inversión de US$ 4,500 millones y podría generar más de 15,000 puestos de trabajo de forma directa y más de 20,000 en forma indirecta. La minería moderna se puede convertir en un motor de crecimiento económico en esta región, tal como sucede en Apurímac. Entre 2011 y 2015 en Cajamarca la pobreza se mantuvo por encima de 51%; en tanto que en Apurímac, en este mismo periodo, la pobreza se redujo de 57% a 39%. Es decir 18 puntos porcentuales. Además, debemos señalar que según la Encuesta de Pobreza Distrital 2013, elaborada por el INEI, en Cajamarca se encuentran siete de los catorce distritos más pobres del país.
De otro lado, en diversos sectores civiles y de pequeños y medianos empresarios piden que se potencie al sector turismo para que Cajamarca pueda salir de la recesión en la que está. También la inversión pública ha caído de forma preocupante. En el periodo 2012-2015, en Cajamarca la inversión pública y privada cayó 20.3% cada año, mientras que en Apurímac —en el mismo periodo de 2012 a 2015— la inversión pública y privada creció 19.8%.
El radicalismo ahora anuncia otra asonada contra la inversión minera. Si no hubiera radicalismos, Conga, Michiquillay, Galeno, La Granja y Shahuindo —que suman 9,132 millones de dólares— ya estarían creando progreso en Cajamarca.
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