Todas las proyecciones señalan que nuestro país apenas c...
En los dos últimos días diversas asociaciones, gremios y autoridades locales de Challhuahuacho (en Apurímac), han exigido al presidente Pedro Castillo y a su primer ministro Guido Bellido que solucione el conflicto social en el Corredor Minero del sur, que lleva bloqueado más de 15 días por algunos dirigentes y comunidades agrupados en el Frente de Defensa de los Intereses de Chumbivilcas (Fudich). Como hemos reportado aquí, el bloqueo ha originado que La Bambas suspenda su producción.
Empresarios locales, la Cámara de Comercio y el gobierno regional de Apurímac han exigido que Bellido, quien además es originario de la zona, vaya a Chumbivilcas y se siente a conversar en la mesa de negociación con los dirigentes que han reiterado, ¡oh sorpresa!, su voluntad de llegar a un acuerdo sostenible.
Es evidente que el pronunciamiento de los empresarios locales de Challhuahuacho es un verdadero llamado de auxilio económico a la administración Castillo, a la que no parece interesarle en absoluto solucionar el conflicto. Los empresarios piden al Ejecutivo una pronta solución a un bloqueo que está matando literalmente la economía de Tambobamba justo cuando empezaba a reactivarse, después de los estragos de la Covid 19. No solo eso, Tambobamba y Apurímac han dejado de recibir alrededor de S/ 30 millones de regalías por los más de 15 días de paralización y más de 40 días de conflictos en general.
Si bien la administración de Castillo habría abandonado Las Bambas, una operación que aporta alrededor del 1% del PBI del país, también es necesario indicar que en la zona existen organizaciones no gubernamentales de izquierda y brókers y asesores que azuzan y promueven los conflictos entre algunos dirigentes comunales y sectores de la población.
Semejante situación debe acabar y el gobierno debe restablecer el orden y hacer respetar el estado de derecho. Pero parece que no quiere hacerlo. El día de ayer los propios dirigentes de Chumbivilcas han señalado que "Bellido es un obstruccionista" y que no quiere que las comunidades, la empresa y el Estado lleguen a algún acuerdo. Increíble.
Queda claro que tanto Castillo como Bellido no están interesados en absoluto en la salud social de la minería moderna como motor antipobreza y creación de empleos. Y cabe recalcar que Bellido es el responsable de agudizar la situación crítica en la zona. Bellido abrió la caja de Pandora cuando semanas atrás prometió que el corredor vial sería reclasificado de vía nacional a vía local. Una promesa imposible de cumplir.
Los funcionarios de Las Bambas han propuesto varias alternativas para solucionar el conflicto; entre ellas que las comunidades sean parte de la cadena de proveedores locales y programas de desarrollo. Solo falta que Bellido y la PCM se reúnan con los dirigentes de Chumbivilcas. Pero, como se dice, no se oye nada, padre
Aquí no nos cabe ninguna duda que Castillo y Bellido no quieren acuerdos ni soluciones, lo que pretenden es que el conflicto llegue a una situación límite en la que el Estado pedirá, como lo hace con Camisea, mayores utilidades, a pesar de la enorme tributación de la minería. Ese es el objetivo. En otras palabras, agudizar las contradicciones, promover el fracaso de las inversiones privadas y el aumento de la pobreza para justificar una ola de nacionalizaciones y expropiaciones.
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