Editorial Economía

¡Salvar el modelo, cueste lo que cueste, para salvar libertades!

Oposición sin claridad sobre relación entre crecimiento y libertades

¡Salvar el modelo, cueste lo que cueste, para salvar libertades!
  • 10 de febrero del 2022


La resistencia de la sociedad al proyecto de la constituyente que busca establecer “una república plurinacional con equidad de género”, de una u otra manera, también se expresa en la imposibilidad del Ejecutivo de desarrollar medidas económicas en contra de la Constitución y las leyes. Allí reside uno de los principales activos de la resistencia nacional al proyecto colectivista.

El Ejecutivo se ha propuesto medidas en abierta colisión con la Constitución, tales como la nacionalización del gas y el cierre unilateral de inversiones mineras. Sin embargo, no pudo implementarlas por la reacción nacional. La propuesta de reforma tributaria del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que planteaba incrementar impuestos a ciudadanos y empresas, y restarle competitividad a la minería nacional, a nuestro entender, era el primer intento de cambiar el modelo económico.

No obstante, una mayoría republicana en el Congreso percibió la reacción nacional y se opuso a otorgar facultades legislativas al Ejecutivo para materializar una reforma que buscaba incrementar cargas a ciudadanos y corporaciones, no obstante que el Estado recibía US$ 8,500 millones en ingresos adicionales por el aumento de los precios de los minerales y el pago adelantado de obligaciones en litigio.

El Gobierno, entonces, está fracasando en todos los niveles en su plan económico estatista, porque no puede modificar el modelo económico por los contrapesos de la Constitución y la resistencia nacional. ¿Cuánta importancia tiene el curso de la economía en la lucha para preservar las libertades en el Perú? Creemos que es de una importancia capital. Sin una economía viable habremos enterrado la Constitución y las libertades. ¿Por qué?

Es evidente que la economía se ira lentificando porque la inversión privada no seguirá creciendo, por los anuncios de la constituyente, pero si hubiese estatizaciones y nacionalizaciones en curso real, en pocos meses, se contraerían los mercados y los procesos de inversión, y se liquidaría a las clases medias.

He aquí el tema central: el proyecto colectivista del Ejecutivo busca paralizar el crecimiento para destruir a las clases medias, aumentar la pobreza y buscar que la desesperación se dilate. En este contexto, es más sencillo lanzar una ofensiva contra “el modelo neoliberal”, contra el régimen económico de la Constitución y forzar un proyecto constituyente y nacionalizaciones. Cuando la pobreza aumenta y el sector privado quiebra, la estatización aparece como maná del cielo para los ciudadanos desesperados.

Por todas estas consideraciones, la oposición debe entender que si no defiende el modelo económico no tiene ningún sentido luchar por las libertades. Estaremos ante una causa perdida. 

Por todas estas razones es imposible comprender los proyectos de ley que se acumulan el Congreso para destruir el sistema privado de pensiones en base a cuentas individuales. Destruir el sistema privado es promover el sistema estatal, en el que los burócratas del Ejecutivo se convierten en dueños de los aportes de los trabajadores y pueden implementar sus políticas populistas para centralizar el poder. 

Igualmente es imposible comprender la ley del Congreso que establece la devolución de los aportes del Fonavi (Fondo Nacional de Vivienda) como si los ingresos del Estado fuesen infinitos para regalar bonos (propuesta del MEF) y devolver aportes que no existen. El Congreso no puede competir con el Ejecutivo en populismo, a riesgo de liquidar las libertades.

Sin defensa del modelo –que, en tres décadas, ha posibilitado triplicar el PBI, reducir la pobreza del 60% de la población a solo 20% (hasta antes de la pandemia) y convertir al Perú en una sociedad con gran presencia de clases medias– es imposible defender la Constitución y las libertades.

De otro lado, se debe entender que la sociedad peruana, con gran mayoría en la informalidad, es una sociedad que ha emergido en contra del Estado regulador, repleto de procedimientos y aduanas y costos legales imposibles de sortear por los emprendedores de los mercados populares. 

Si la oposición lidera a la sociedad emergente, el proyecto comunista será un proyecto de capillas y sectas, sin nexos con el mundo popular.

  • 10 de febrero del 2022

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