El Perú, en términos institucionales y económicos...
Diversos organismos de la izquierda radical, llámese el frente de defensa de Cotabambas o las federaciones de comunidades campesinas, en coordinación con algunos parlamentarios comunistas, se han propuesto tomar por asalto la mina Las Bambas a partir de este lunes 12 de diciembre. Entre las demandas planteadas por el radicalismo están el cierre del Congreso, la destitución de la presidente Dina Boluarte, y el adelanto general de elecciones. Al respecto se escucharon varios audios de los dirigentes planteando estas demandas y proponiendo la toma de la mina Las Bambas. Y también se han visto pronunciamientos escritos desarrollando estos llamados.
Es evidente, pues, que no estamos ante una plataforma social o económica de poblaciones o comunidades que plantean demandas ante el Estado o la compañía minera. Es incuestionable que los radicales antimineros están planteando una acción política que el Estado de derecho nacional define como sedición. De una u otra manera, estos llamamientos forman parte del golpe de Estado frustrado que desarrolló Pedro Castillo.
El Gobierno de la señora Boluarte debe restablecer en el acto el Estado de derecho en la zona minera adyacente a Las Bambas, si es que pretende organizar una nueva gobernabilidad y superar el desgobierno nacional que nos deja Castillo y Perú Libre.
No puede ser que Las Bambas, una de las diez minas de cobre más grande del planeta –que representa el 1% del PBI nacional, el 9% del PBI minero y más del 75% de los ingresos de la región Apurímac– pretenda ser asaltada por unas decenas de activistas que ejercen violencia y no respetan la vida, la salud y la propiedad de los demás.
El fracaso del golpe de Estado de Castillo y del eje bolivariano, que prtenedieron destruir la democracia peruana, debe tener expresiones palpables. Una de ellas es el restablecimiento del Estado de derecho en Las Bambas.
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