Editorial Economía

¡Ministra de salud también contra industria alimentaria!

Octógonos desatarán informalidad y destruirán empleos

¡Ministra de salud también contra industria alimentaria!
  • 08 de mayo del 2018

 

No obstante que el Gobierno de presidente Martín Vizcarra se ha propuesto como objetivo nacional reducir la anemia infantil del 43.6% a 19% en el 2021, la ministra de Salud, Silvia Pessah, se ha pronunciado, en un acto de frivolidad, a favor de la agenda anticapitalista de diversos sectores nacionales e internacionales que buscan destruir la industria de alimentos en el país. Pessah acaba de señalar que apoyará la propuesta de etiquetado de los alimentos industriales que solo se aplica en Chile, por la creciente influencia de la izquierda mapocha. En un país con la mitad de niños con anemia, una ministra está preocupada por el exceso de azúcar.

Como ya es conocido, el sector Salud está proponiendo un sistema de etiquetas para los alimentos industriales en base a unos octógonos que solo alertan de los niveles altos en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. Ante esta propuesta, el Congreso aprobó un sistema de semáforos que —en base a los colores rojo, amarillo y verde— indica qué productos tienen niveles alto, medio o bajo en azúcar, sodio, grasas saturadas y grasas trans. La norma aprobada por el Legislativo era alternativa a la propuesta del sector salud; sin embargo, diversas maniobras burocráticas determinaron que el Gobierno de Vizcarra observara la norma pocas horas después de haber asumido el poder.

¿Quién tiene la razón en el debate? Los octógonos prohibitivos solo se aplican en Chile, mientras que en el resto del planeta, sobre todo en los países desarrollados —que tienen los mejores sistemas de salud y la esperanza de vida más alta— se aplican etiquetas informativas en general o el sistema de semáforos. En la mayoría de países que pertenecen a la OCDE se aplican los principios del Codex Alimentarius —al que se han adherido 188 países— que señalan que las etiquetas de los productos industriales deben evitar causar temor. Los octógonos solo aterrorizan al consumidor y desatan todas las tendencias transgresoras de la juventud.

Pero no solo se trata de que los octógonos son una propuesta de la izquierda que solo se aplica en Chile, una frivolidad en medio del flagelo de la anemia en la niñez, sino que también la propuesta de los octógonos desatará la informalidad y destruirá miles de empleos ante las posibilidades de quiebra de la industria. No lo decimos nosotros sino, sorprendentemente, la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Alimentos, Bebidas y Afines de la Confederación General de Trabajadores (CGTP), que en una carta dirigida al ministro de Trabajo, Christian Sánchez, afirma que el “Manual de Advertencias Publicitarias propuesto por el Ministerio de Salud generará mayor informalidad y desempleo en la industria de alimentos y bebidas, que representa el 25% del Producto Bruto Industrial y da trabajo formal a más de 500,000 peruanos”.

Pero eso no es todo. La asociación de palmicultores, Junpalma Perú, que reúne a agricultores y ex cocaleros que sustituyeron el cultivo de la hoja de coca por la palma aceitera —y que representa alrededor de 95,000 hectáreas (en el 2004 apenas sumaban 14,000) en las regiones de Loreto, San Martín, Ucayali y Huánuco— en una carta enviada al primer ministro, César Villanueva, señala la “más seria preocupación, por el modelo de etiquetados que se pretende imponer a los productos alimenticios fabricados con aceite de crudo de palma, como son mantecas, margarinas, galletas, panes, productos de pastelería, helados, chocolates, snacks, etc, copiando el modelo de octógonos chilenos que sataniza los productos industriales”.

Algo más. El golpe a las cadenas productivas de alimentos será brutal y a todo nivel. ¿Qué va a ser de los King Kong de manjar blanco que se producen en el norte? ¿Cuál es el futuro de las industrias exportadoras de chocolate que han creado cadenas de valor con miles de productores de cacao, un cultivo que también se ha convertido en alternativa a la hoja de coca?

En síntesis, los octógonos prohibitivos alentados por especuladores internacionales, que buscan la quiebra de la industria de alimentos para comprar a precios bajos, no solo están emparentados con la izquierda chilena y latinoamericana, sino que disparará la informalidad de la industria alimentaria formal y destruirá empleos. Y, entonces, la ministra Pessah deberá asumir el papel de policía municipal confiscando todos los quequitos, picarones y arroz con leche que se venden en el Perú desde que llegaron los españoles por estas tierras. Locura estatista.

 

  • 08 de mayo del 2018

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