Majes Siguas II: ¡Devastador golpe al futuro de las agroexportaciones!

La concesionaria Angostura Siguas, constituida por la empresa española Cobra, acaba de enviar una carta al Gobierno Regional de Arequipa, al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y al Ministerio de Desarrollo Agrario (Minagri) rescindiendo el contrato de Majes Siguas II. El motivo: los consejeros regionales no firmaron, dentro de los plazos establecidos, la Adenda 13 del proyecto, que modifica el sistema de riego con el objeto de racionalizar el uso del agua.

Algo más. La concesionaria, de acuerdo a la constitución y las leyes nacionales, hoy está expedita para recurrir ante el CIADI del Banco Mundial por la irresponsabilidad del Estado, que no ha cumplido con el contrato. La empresa arguye que, durante los diez años que estuvo al frente del proyecto perdió US$ 220 millones.

Sin embargo, no todo está perdido para Majes Siguas II. La Cámara de Comercio de Arequipa tomó contacto con la concesionaria y en la empresa se manifestó que si en los próximos seis meses se firma la mencionada Adenda, Angostura Siguas retomará los trabajos del proyecto.

Majes Siguas II es la gran oportunidad para la agricultura de Arequipa y de todo el sur del Perú de replicar el boom agroexportador de la costa norte y del sur chico (Ica), que ha generado un milagro económico que sorprende al mundo y que ha reducido la pobreza en el agro como nunca antes.

Con Majes Siguas II se proyecta incorporar 40,000 nuevas hectáreas (ha) a las agroexportaciones, con predios de más de 200 ha que convoquen capitales y tecnologías y generen cadenas agroexportadoras. 

Para comprender la enorme trascendencia de este proyecto vale señalar que el milagro agroexportador peruano se desarrolla en apenas 250,000 ha (toda la agricultura nacional abarca 4.5 millones de hectáreas). En solo dos décadas se incrementaron las agroexportaciones de US$ 850 millones a más de US$ 7,500 millones, se ha convocado más de US$ 20,000 millones en inversiones, se ha contratado a más de un millón de trabajadores formales y en las zonas agroexportadoras la pobreza se ha reducido muy por debajo de la media nacional.

Si las cosas son así, ¿qué pueden representar 40,000 hectáreas para la agroexportación en Arequipa? Incuestionablemente la consolidación de esta región como una de las más prósperas del país y con mayores avances en la reducción de la pobreza. Por ejemplo, se prevé que Majes Siguas II crearía 400,000 nuevos empleos –entre directos e indirectos y clusters de provisión de servicios y tecnologías–, tal como sucede en la costa norte del país.

¿Por qué entonces Majes Siguas II está a punto de desbarrancarse? Porque las sucesivas autoridades y consejeros regionales profesan la ideología colectivista y comunista, que considera que la inversión privada es fuente de explotación y no de reducción de pobreza y prosperidad. 

No obstante que Majes Siguas I, la primera etapa del proyecto, se hizo sobre la base del minifundio y los agricultores beneficiados desarrollan una agricultura de subsistencia –mientras se destruye la superficie agrícola con el mal uso del agua–, los consejeros regionales insisten con este modelo. El minifundio no puede convocar capitales ni tecnologías porque la pequeñez de los predios no posibilita desarrollar economías de escala, fundamentales para la agroexportación.

Ahora bien, ¿la agroexportación excluye a las pequeñas unidades? De ninguna manera. De las más de 13,500 empresas dedicadas a la agroexportación nacional, el 80% corresponde al sector de pequeñas y medianas unidades. Lanzar las agroexportaciones en el sur, entonces, sería la mejor manera de potenciar la llamada agricultura familiar.

A estas alturas es incuestionable que para transformar el agro nacional necesitamos replicar las agroexportaciones en toda la costa, la sierra y la selva. No hay otro camino para luchar contra la pobreza.