Los proyectos antisistema en el Perú, incuestionablemente, se p...
En el primer semestre creció 10% respecto al mismo periodo del 2016
No obstante la turbulencia política, la economía pareciera ir en un carril distinto y ascendente. La noticia de que nuestro país logró exportar alrededor de US$ 2,363 millones en productos agrícolas durante el primer semestre de este año es, sin duda, esperanzadora y anima a creer que el crecimiento de la economía es sostenible. Si a ello le sumamos que esa cifra supera en 10% a la del mismo periodo del 2016, entonces podemos decir que en la economía las cosas andan bien.
Si observamos los números de la agroexportación al detalle veremos que los envíos tradicionales ascendieron a US$ 181.4 millones, creciendo cerca de 14% (principalmente por el café en 21%) en tanto que el subsector agropecuario-agroindustrial creció en 10% alcanzando ventas por US$ 2,181 millones. La palta (US$ 363.21 millones) y la uva (US$ 237.83 millones) crecieron 38% y 22%, respectivamente. Entre ambos subsectores (tradicionales y agropecuario-industrial) suman los USS$ 2,363. La cifra referida nos da una idea clara: el agro peruano se ha diversificado más que nunca. Es decir, la agroexportación se ha industrializado y ha dado un golpe de realidad a los promotores de una diversificación productiva promovida por el Estado. Es bueno recordar que en el quinquenio pasado el Gobierno nacionalista se compró el diagnóstico de la izquierda y consideró que con esfuerzos sectoriales retomaríamos los niveles de crecimiento altos y diversificaríamos la economía para no depender solo de la exportación de minerales.
Pero ¿por qué, a pesar de la calamidad que dejó el Fenómeno de El Niño costero en las principales regiones exportadoras —Piura, La Libertad, Lambayeque— la agroexportación no ha retrocedido y, por el contrario, crece? La razón es sencilla: porque desde el 2000, con las leyes promocionales y un marco jurídico que protege y alienta la propiedad privada —Constitución de 1993—, el agro creció gracias a un poderoso sector privado. Este sector privado ha permitido el desarrollo de una agricultura que genera empleo y riqueza, y hoy ya existe una clase media alrededor del agro. Un tema más: antaño existían los barones del azúcar, hoy hay empresas modernas de accionariado difundido.
Pero además existe un detalle importante: no habría crecimiento de la agroexportación sin la apertura comercial que ha permitido la firma de 17 tratado de libre comercio. Si no hubieran tratados de libre comercio el Perú solo exportaría materias primas, cuyos precios hoy están descendiendo y serán —con el avance de la tecnología— cada vez menos rentables y menos competitivas. Sin embargo, la izquierda, con su sesgo ideológico de ganadores y perdedores, propone el viejo argumento de cerrar las fronteras. ¿Qué haría el Perú con las fronteras cerradas?
Desde este portal insistimos en que no habrá mayor diversificación del agro peruano si no existe competitividad. Es decir, si no tenemos un Estado eficiente y efectivo. No contamos con instituciones ni Poder Judicial predecibles; nos faltan carreteras, puentes, ferrocarriles y energía para que la industria se diversifique y descentralice. Tampoco tenemos una buena educación que nos provea de una fuerza laboral más calificada, un capital humano más denso que se lance a desarrollar emprendimientos innovadores. Algo más: el sistema tributario y el sistema laboral promueven y consolidan la informalidad en el país.
COMENTARIOS