Luego de las celebraciones de la Batalla de Ayacucho, para cualquier p...
En el agro peruano se ha producido un verdadero milagro con el regreso de la inversión privada y el desarrollo de la productividad de grandes extensiones de tierras. La cosa es tan sorprendente que en los últimos años la agroexportación comienza a convertirse en uno de los motores del crecimiento, generando empleo y diversificando la economía.
A inicios del presente siglo, las empresas agroexportadoras peruanas exportaban bienes por menos de US$ 700 millones, valor que para el año 2017 borde los US$ 6 000 millones (en términos reales las exportaciones se cuadriplicaron). Las agroexportaciones peruanas han crecido en los últimos 16 años tres veces más que las exportaciones mundiales. En la región LATAM, el crecimiento de Perú ha sido el más alto, lo que ha acercado a Perú a los niveles de Colombia y Ecuador.
A comienzos de siglo las agroexportaciones peruanas equivalían al 44% de las exportaciones de Costa Rica, país que exporta principalmente banano y piña. Actualmente, las exportaciones peruanas son 44% mayores a las de dicho país. Con Ecuador la historia es similar. A comienzos de siglo, las agroexportaciones peruanas representaban el 40% de las exportaciones de Ecuador. Actualmente, son equivalentes. El 50% de las agroexportaciones de Ecuador corresponden a la venta de banano.
La comparación con Colombia no es diferente. En 2001, las agroexportaciones peruanas representaban la cuarta parte de las colombianas. Hacia el año 2017, la relación creció a 90%. El 40% de las exportaciones de Colombia corresponden a la venta de café.
¿Qué ha pasado? En este portal hemos sostenido que la nueva Carta Política —que establece la posibilidad de crear un mercado de tierras y alienta el regreso de la inversión privada al campo— es uno de los factores que explica el mencionado despegue. Este marco constitucional también ha permitido la eliminación de límites a la propiedad de la tierra, la privatización de grandes extensiones de campos, la apertura comercial y la firma de acuerdos comerciales. Igualmente la Ley de Promoción Agraria, que posibilita sistemas de contratación flexible y temporal en la agricultura, también es otro de los factores que explican no solo la competitividad de las empresas agroindustriales, sino también la formalización del empleo agrícola.
En el segmento de las hortalizas, Perú se ha convertido en uno de los veinte principales exportadores mundiales. Perú es el tercer exportador de Latinoamérica, después de México y Argentina. Perú supera largamente a Chile en este negocio. Perú es también uno de los veinte principales exportadores de fruta del mundo y el cuarto de LATAM, después de Chile, México y Ecuador. La exportación de fruta, que a principios de siglo apenas superaba los US$ 50 millones, llegó a US$ 2,000 millones en 2017.
Perú exporta una canasta diversificada de frutas que incluye a la palta, la uva, el arándano, los cítricos, la banana, la granada etc. A diferencia de exportadores como Ecuador y Costa Rica, cuyas ventas están concentradas en unos pocos productos (Banana y Piña). Pero las agroexportaciones de Perú aún están lejos de los niveles logrados por México, Chile y Argentina. Sin embargo, aún queda mucho pan por rebanar. Es probable que en pocos años las agroexportaciones peruanas superen los US$ 10,000 millones.
En todo caso, el agro es un ejemplo claro de los círculos virtuosos que se producen con la economía de mercado. En este sentido, el Gobierno debería buscar que las experiencias exitosas logradas en la costa, principalmente en Ica y La Libertad, sean replicadas en otras zonas menos desarrolladas del país, como Amazonas, San Martín, Pasco y Junín.
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