El litio va a los tribunales

El Quinto Juzgado en lo contencioso-administrativo acaba de admitir la demanda interpuesta por Macusani Yellowcake SAC (MY) en contra del Ministerio de Energía y Minas (Minem) y el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), porque el Estado rescindió 32 concesiones de un total de 151 destinadas a la explotación de carbonato de litio en Puno. Apenas la demanda fue admitida el Minem e Ingemmet fueron notificados, en un momento en que la economía apenas crecerá más de 2%, lo que exige fomentar y promover inversiones. El diferendo contencioso-administrativo, pues, es una terrible señal para los mercados.

Tal como le hemos informado anteriormente, Macusani Yellowcake SAC (Puno) proyecta una inversión de US$ 860 millones para explotar 4.7 millones de toneladas de carbonato de litio. Vale precisar que esta empresa tiene a la transnacional Plato Energy Metal como accionista principal. Es decir, estamos hablando de una inversión de talla mundial y con los mejores estándares internacionales.

MY tiene 151 concesiones que suman más de 93,000 hectáreas, pero ha adquirido concesiones con más de 12 años de vigencia y las penalidades por falta de inversiones mínimas se trasladaron a ella en calidad de compradora. No obstante, la empresa solicitó al Estado que se excluyeran las penalidades y el Estado aceptó el requerimiento.

Por este motivo MY debía pagar una UIT por cada de las 32 concesiones exoneradas de penalidades. El mismo día que Ingemmet comunicó a MYC que la concesiones estaban excluidas, la mencionada empresa pagó las respectivas penalidades; sin embargo, debido a los engorrosos procesos y trámites, en Ingemmet solo se reconoció el pago de 14 concesiones, no obstante que se entregaron los vouchers de los pagos del total. De esta manera, las 32 concesiones exoneradas de penalidades quedaron sin efecto y Macusani Yellowcake “perdió sus derechos”.

Ante esta situación la empresa presentó la demanda contencioso-administrativa que ya fue admitida. El daño al proyecto de litio en el Perú es incalculable. Los 4.7 millones de carbonato de litio que el Perú podría explotar representan cerca de US$ 50,000 millones, considerando que el precio de la tonelada está en alrededor de US$ 10,000. ¿Un país con más de seis millones de personas en pobreza puede darse el lujo de levantar tramitologías para bloquear una inversión de tantas posibilidades? ¿Acaso no se sabe que las baterías de los teléfonos inteligentes y las piezas de los motores eléctricos de los carros del futuro se construyen con litio?

El mundo, las industrias del futuro y el vertiginoso movimiento de la IV Revolución Industrial está en la búsqueda del litio, un metal muy escaso y que el Perú tiene el privilegio de albergar. Las reservas de litio del Perú no están en salares, como sucede en Bolivia, Argentina y Chile. La explotación de litio en salares desata graves problemas ecológicos y solo se llega a extraer el 30% de las reservas calculadas. El litio peruano, como hemos señalado, no está en salares y las reservas pueden seguir expandiéndose de continuar la exploración. 

Por todas estas consideraciones suena a una verdadera locura la negativa del Estado a reconocer el legítimo derecho de Macusani Yellowcake sobre las 32 concesiones en disputa. Estas cosas solo pasan en el Perú.