Los proyectos antisistema en el Perú, incuestionablemente, se p...
Las vulnerabilidades del transporte de carga entre Lima y el centro
Los huaicos y lluvias originados por El Niño costero destruyeron kilómetros de carreteras; entre ellas, la Carretera Central que va desde Lima hasta Jauja. La importancia de esta vía es fundamental para la economía nacional, y particularmente para la capital. Por ejemplo, el tráfico en la Carretera Central en su punto máximo es de 12,000 vehículos diarios. La mitad de ellos son camiones que transportan diez millones de toneladas de carga anuales, no obstante que la capacidad de la mencionada vía solo es de cinco millones.
Lo que sucedió durante la pasada emergencia nacional, las hileras de camiones esperando durante varios días para transportar la carga, nos reveló la fragilidad de nuestra economía nacional y la dependencia de la propia capital con respecto a esta vía. Ante esta situación, el presidente Pedro Pablo Kuczynski declaró en emergencia a la Carretera Central. El ministro de Transportes y Comunicaciones, Martín Vizcarra, firmó el Decreto Supremo 008-2017, con el fin de proceder a los estudios de preinversión y la posterior construcción de una nueva Carretera Central. Ante esto surgen dos interrogantes: de qué trata este nuevo proyecto y qué otras alternativas son viables para el tránsito de carga entre Lima y el centro del Perú. Esta última pregunta plantea la necesidad de potenciar el Ferrocarril Central Andino, que necesita modernizarse con urgencia.
Una pregunta fundamental es si el Estado, ya sea a través del ministerio respectivo o de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, continuará con el desarrollo de todos los estudios e inversiones que se requieren para superar las vulnerabilidades de transporte de carga de Lima al centro y viceversa.
Al respecto, el decano del Colegio de Arquitectos, Arturo Yep Abanto, comenta que la Carretera Central está expuesta a inundaciones y deslizamientos, por lo que lo ideal sería que la vía se aleje lo más posible de las quebradas. En otras palabras, se necesita una nueva Carretera Central menos expuesta a los desastres naturales. Se conoce que los estudios —a cargo de los gobiernos regionales de Lima y Junín, en convenio con el MTC— demorarían como mínimo dos años. Sin embargo las sobrerregulaciones burocráticas pueden postergar este vital proyecto hasta las calendas griegas.
Una solución alternativa a la construcción de una nueva Carretera Central es la de trazar rutas alternativas a la actual vía. La construcción de caminos alternos reduciría el intenso tráfico y las vulnerabilidades de esta carretera a los desastres naturales. “No podemos depender de una sola Carretera Central, es necesario desarrollar nuevas vías que deben diseñarse con un nuevo criterio”, afirmó el arquitecto Yep Abanto.
Otra alternativa es el Ferrocarril Central Andino. Para empezar, a través de esta vía se transportan 3.5 millones de toneladas de carga anual, de los cuales 70% corresponde a minerales, mientras que el resto se reparte entre ácidos, cemento y pasajeros. Según Juan de Dios Olaechea, el presidente de Ferrovías Central Andina, el Ferrocarril puede desarrollar una mayor velocidad (80 km/h) a diferencia de los camiones pesados (15km/h). Además, los rieles del tren pueden durar hasta 150 años, mientras que la carretera necesita ser asfaltada cada siete años. El arquitecto Yep Abanto asegura que si bien las líneas del tren son una alternativa viable, deben modernizarse y ser parte de un sistema de comunicaciones en conjunto con la Carretera Central.
Como vemos, la importancia del transporte de carga de Lima hacia el centro y viceversa es fundamental. El Perú no puede permanecer indolente frente a las vulnerabilidades que presentó esta vía en los últimos desastres naturales.
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