El Perú, en términos institucionales y económicos...
El mayor logro del Gobierno destructivo de Pedro Castillo y del eje bolivariano es haber convertido al Perú en una sociedad que aumenta pobreza, considerando que, en las últimas tres décadas, el modelo económico –más allá de sus problemas y déficits– redujo esta lacra social del 60% de la población a solo 20% antes de la pandemia (hoy la pobreza está en 27.5% de la población). Los anuncios de la constituyente y de las nacionalizaciones, simplemente, bloquearon cualquier posibilidad de nuevas inversiones.
Si no hay nuevas inversiones, si el Ejecutivo y el Congreso no trasmiten predictibilidad política e institucional, si no se impulsan nuevas reformas, el Perú llegará al 2026 con más de un tercio de la población bajo pobreza. El empobrecimiento del Perú no es una casualidad. A nuestro entender es resultado directo de las fábulas progresistas y comunistas que han convertido a la empresa, a la inversión privada, en la fuente de todos los males y demonios del país. Narrativas que persisten no obstante que, en el siglo XX, los países de la ex Unión Soviética y todas las sociedades anti empresariales que consideraban que “el trabajo era la fuente de la riqueza” y no la innovación y la inversión privada, terminaron convirtiéndose en las mayores fábricas de pobreza de la humanidad.
El mundo moderno ya conoce en dónde está la fuente de la riqueza y dónde el origen de la pobreza. Sin embargo, los marxistas, como practicantes de una religión profana, siguen repitiendo una verdad revelada por Marx que ya fracasó en todo el siglo XX: que los trabajadores crean la riqueza. El fundamentalismo marxista, pues, es la explicación del frenazo económico del Perú que, en plena época de super precios de los minerales, creció cero en el primer semestre de este año y volverá a aumentar pobreza en el 2023.
Ese mismo fundamentalismo explica las diferencias abismales entre Ica y Cajamarca, como si se tratara de dos países en continentes diferentes: Según el Instituto Nacional de Estadística, la pobreza en Cajamarca en el 2022 estaba en un rango entre 39.4% y 43.3%, mientras que en Ica la pobreza se ubica entre 3.4% y el 6.8% de la población. ¿Cuál es la diferencia? En Cajamarca se han bloqueado las inversiones mineras y en Ica, a pesar de los problemas, se han materializado múltiples inversiones en agroexportaciones y minería.
En cualquier caso, en la decisión política de aumentar la pobreza para, supuestamente, movilizar a las masas en contra del modelo de inversión privada y de mercados desregulados, se desnuda toda la esencia totalitaria de la religión marxista. El hombre como tal, los niños, las generaciones del mañana, o si se quiere la desnutrición y la anemia de los infantes de hoy, son simples estadísticas que se deben desarrollar para que las masas se vuelvan contra el capitalismo.
Lo de Cajamarca es un verdadero crimen social. Hoy esta región es una de las más pobres del país, porque los radicalismos de izquierda, los sectores antimineros, han bloqueado los principales proyectos mineros. Sin embargo, si se hubiesen materializado la cartera de inversiones por más de US$ 18,000 millones, hoy esta región tendría uno de los ingresos per cápita más altos del país, y en pocos años se acercaría al de un país desarrollado.
Si Cajamarca hubiese concretado los proyectos de Conga, Galeno, La Granja y Michiquillay, entre otros, hoy estaría desarrollando un clúster industrial y de servicios vinculado a la minería, estaría construyendo un ferrocarril hacia la costa y todos los proyectos hídricos de la región estarían en marcha. Por otro lado, el Perú habría agregado un millón de toneladas métricas de cobre (TMC) a su producción anual de 2.5 millones de TMC y estaría avanzando a reducir la pobreza por debajo del 15% de la población nacional. De ninguna manera se avanzaría a tener más de un tercio de la ciudadanía bajo este flagelo.
El aumento de la pobreza es una de las condiciones para el avance del fundamentalismo marxista y revela el signo totalitario de este proyecto para el que los pobres, los niños, las nuevas generaciones solo son estadísticas, medio e instrumentos para el fin bolchevique supremo de llegar al poder.
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