Los proyectos antisistema en el Perú, incuestionablemente, se p...
Con la lentificación del crecimiento económico y del proceso de reducción de pobreza, la crisis política e institucional del Perú se agrava, sobre todo considerando los estallidos sociales que han sacudido a los países vecinos. En este contexto, es urgente elaborar un nuevo reglamento de exploraciones de hidrocarburos de acuerdo a la realidad de los mercados mundiales.
El nuevo reglamento debe relanzar las actividades del sector hidrocarburos en aguas profundas y en la selva amazónica. La norma debe considerar cero impuestos a las empresas, por tratarse de actividades de exploración (ubicación y cuantificación de los recursos de hidrocarburos) y no de explotación. Asimismo, regalías variables de 3% y 5% para contribuir con el presupuesto de los distritos, provincias y regiones de los poblados donde se realizan actividades de hidrocarburos. El porcentaje de las regalías dependerá de la producción y particularidad de cada pozo, porque existen grandes y pequeños, cercanos y lejanos, de mayor y menor profundidad. El nuevo reglamento también debe prever bonos de desarrollo social a las comunidades (de 2% y 4%), distinto al canon, para ejecutar proyectos calificados previamente.
Para agilizar los procedimientos administrativos, el nuevo reglamento de exploración debe considerar imprescindible la Ley Nº 27444, Ley de Silencio Administrativo, basada en los principios de celeridad, eficacia, simplicidad, verdad material, uniformidad, predictibilidad y acceso permanente en la administración pública. Asimismo, debería plantear la urgencia de elaborar un mapa de Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que incluya a todos los pozos de las 18 cuencas sedimentarias de aguas profundas del litoral peruano, entre Tumbes y Mollendo, y de la selva. En seis de las ocho cuencas de aguas profundas existen EIA desarrollados en un 60% y 80%, que han sido monitoreados por las autoridades del sector. Estos EIA deberían ser entregados a los concesionarios para reducir al máximo, y cuanto antes, los tiempos que demoran los permisos para iniciar las exploraciones. De ser el caso, según la influencia ambiental y social del proyecto, bastaría la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que es un estudio de menor complejidad. Con esto, se estima una reducción de procedimientos de 9 años a 3 años como máximo.
El nuevo reglamento de exploraciones en proyecto debe basarse en la actual Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH). Por el momento, el proyecto de la nueva LOH, consensuado en el Congreso de la República, ha sido dejado de lado por los textos sustitutorios y observaciones pendientes. Con el nuevo reglamento de exploraciones, el Perú estará en vitrina y podrá revertir en el mediano plazo la caída de la producción de petróleo, debida al abandono de las exploraciones. Según la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) se pasó de US$ 357 millones en 2008 a ¡US$ 17 millones en 2017!
Según Enrique González, consultor internacional, “en dos años, con el nuevo reglamento y con la perforación de 15 pozos en el mar, las reservas de barriles se ampliará a 80 millones y el producto bruto interno nacional superaría el 2% anual”.
La demanda nacional de petróleo alcanza los 255,000 barriles diarios. Por falta de exploraciones y atractivo nacional, la producción peruana es de tan solo 44,000 barriles diarios. Con el reglamento se podrían activar US$ 50,000 millones de inversiones. Por ejemplo, Guyana comenzará a producir 126,000 barriles diarios de petróleo después de ocho meses de exploraciones. El pequeño y más pobre país de Sudamérica se volverá muy rico por sus recursos petroleros.
En este contexto, es una buena noticia el acercamiento entre los representantes de importantes compañías petroleras de talla mundial (que preservan el medio ambiente y las relaciones sociales con las comunidades) y funcionarios de alto nivel del Ejecutivo, con el propósito de reiniciar exploraciones de hidrocarburos en Perú.
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