Con una vida dedicada a la docencia, la gestión educativa y la ...
La academia peruana de duelo por el deceso del destacado filósofo peruano
El lunes 18 de agosto falleció, víctima de una larga enfermedad, David Sobrevilla (Huánuco, 1938 – Lima, 2014), uno de los más importantes filósofos peruanos de los últimos tiempos y uno de nuestros intelectuales más prolíficos y atentos al quehacer cultural, especialmente en las décadas de los ochenta y noventa. En su abundante obra (más de quince libros) tiene un lugar muy especial la reflexión sobre las propuestas filosóficas de nuestros pensadores, tratando de insertarlas dentro de la gran tradición filosófica occidental. En esa línea están sus principales libros: Las ideas en el Perú contemporáneo (1980), Repensando la tradición occidental (1986) y La filosofía contemporánea en el Perú (1996).
Actividad académica
Sobrevilla hizo sus estudios universitarios, de Derecho y Filosofía, en Lima, en la Universidad Católica y en San Marcos. En 1963 viajó a Alemania a especializarse en Politología y Filosofía en la Universidad de Tübingen (1964-1970). Se ha desempeñado como docente en las más importantes universidades limeñas (San Marcos, Católica, Cayetano Heredia, de Lima, etc.) y también como profesor invitado en diversas universidades de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. Profesor Emérito de San Marcos y Doctor Honoris Causa de varias universidades, Sobrevilla fue un maestro lúcido y siempre abierto a nuevas ideas, que influyó de manera determinante en varias generaciones de pensadores peruanos. Uno de sus discípulos, el filósofo Zenón de Paz, ha resaltado este aspecto de Sobrevilla, dando cuenta de “su trabajo de acompañamiento y guía a los alumnos, su apertura a la interculturalidad y a la heterogeneidad y su carácter rigurosamente académico”.
Amplitud y diversidad de intereses
Una de las grandes virtudes de Sobrevilla es que sus reflexiones no se limitaban al ámbito de la filosofía sino que abarcaban casi todas las áreas. Así, uno de sus primeros libros fue Introducción a la literatura alemana (1977), en el que destacaba su ensayo “Rilke, la poesía como meditación”. Otros de sus primeros libros fueron La estética de la antigüedad: estudios sobre lo bello y el arte en el pensamiento de Platón, Aristóteles, Cicerón y Plotino (1981) y César Vallejo según su epistolario (1987). Además, también reflexionó sobre temas políticos y éticos, como en el libro El derecho, la política y la ética (1997). En este aspecto, Sobrevilla se inscribía en la línea de pensadores humanistas y siempre atentos a la actualidad artística y política, como José Carlos Mariátegui, a quien dedicó un par de libros: El marxismo de Mariátegui y su aplicación a los 7 Ensayos (2005) y Escritos mariateguianos (2012). A ello hay que sumar los numerosos artículos que escribió para revistas académicas y especializadas, en lo que solía abordar temas relacionados con la literatura y el arte peruano, entre ellos una serie de artículos sobre la evolución de la narrativa de nuestro Nobel Mario Vargas Llosa.
El legado
Ante la noticia de la muerte de Sobrevilla, algunos de sus más destacados discípulos testimoniaron su afecto y admiración por el filósofo, quien contribuyó a reposicionar la tradición filosófica peruana dentro del circuito académico latinoamericano (fue miembro fundador del Instituto de Investigación del Pensamiento Peruano y Latinoamericano). Además recordaron gestos que lo definieron como un defensor de la libertad intelectual; por ejemplo, cuando renunció a la docencia en San Marcos debido a la intervención de la universidad por la dictadura de Fujimori. Un gran pensador y un hombre íntegro cuya muerte deja un gran vacío en la filosofía peruana.
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