Carlos Arnillas Denegri
¿Vuelta a la página?
Más del 70% de peruanos desean la libertad de Alberto Fujimori
Más del 70% de peruanos desean la libertad de Alberto Fujimori
Han tenido que pasar veinte años para que el pueblo peruano y los poderes del Estado, le brinden un justo reconocimiento a los Comandos de Chavín de Huántar, quienes valerosamente rescataron a los 72 rehenes secuestrados por el MRTA en la residencia de la embajada de Japón por 126 días. Le daban con ello el puntillazo final a los rezagos terroristas que quedaban en el Perú, tras más 25,000 mil víctimas inocentes y miles de millones de soles en pérdidas.
Los comandos, considerados hoy Héroes de la Democracia por una sociedad agradecida, soportaron catorce años de juicios en los tribunales peruanos e internacionales, acusados de genocidio, hasta que fueron absueltos. Sin embargo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos —donde era presidente y juez un peruano nacido en los Estados Unidos, Diego García Sayán— falló en contra del Estado Peruano, por el caso interpuesto por familiares de los terroristas y las ONG radicales que los asesoran.
Recordemos que durante el gobierno de Alberto Fujimori el Perú se alejó de este organismo, y retornó recién durante el régimen pasajero de Valentín Paniagua; gracias a García Sayán, que se desempeñó como ministro de Justicia y decretó la libertad de más de 500 sentenciados terroristas, muchos de los cuales volvieron a las andadas violentistas.
Con estos antecedentes, resulta difícil que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski amnistíe a Alberto Fujimori, quien está condenado por “crímenes de lesa humanidad”, delito que no está tipificado en nuestro Código Penal ni contemplado en la Constitución del Estado, pero que rige a plenitud en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica, donde no dicen ni pío sobre reconocidos genocidas…. ahí muy cerca, en Cuba, Nicaragua y Venezuela. Es por ello que la justicia del CIDH es direccionada en una sola línea.
La justicia caviar nacional e internacional ya condenó a Fujimori, y ahora hará lo imposible a través de todos los medios en los que tiene influencia, para que el deseo de Pedro Pablo Kuczynski de dar “vuelta a la página” no se concrete. Y pese a que más 70% de los peruanos desean que haya una verdadera reconciliación nacional para iniciar la tarea de reconstrucción después de los estragos causados por El Niño Costero en gran parte del país.
Al margen de los delitos por los que Alberto Fujimori fue condenado, es hora de reconocer que durante su mandato se derrotó definitivamente al terrorismo y a la hiperinflación, se modernizó la economía y nos reinsertamos en el mundo de la formalidad económica, lo que nos ha permitido crecer en forma sostenida durante los últimos veinte años.
Asimismo, en el plano internacional puso fin, después de 150 años, al conflicto con el Ecuador, solucionando definitivamente el problema de límites fronterizos. Abrió el mercado a los capitales chilenos y tendió puentes de entendimiento con nuestros vecinos del sur y con Brasil, y nos insertamos a la APEC.
Desconocer estos méritos sería darle la espalda a la historia. Su precario estado de salud (hipertensión arterial y seis operaciones por el cáncer a la lengua), su avanzada edad y los años que ya ha purgado prisión son razones más que suficientes para que el gobierno peruano lo amnistíe, o se promulgue a través del Congreso una ley que le conceda libertad. No será fácil, porque los caviares andan muy activos, pero hay que tomar en cuenta el deseo de la gran mayoría de peruanos. Reconozcamos que los errores cometidos en el pasado ya los pagó con creces, es hora de “voltear la página”.
Carlos Arnillas Denegri
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