Eduardo Zapata
Visiones del mundo: los millennials
Primera característica: el ELLO subjetivado
Como decíamos en el artículo del jueves anterior:
En la medida en que es inútil y hasta inmoral trazar políticas públicas ignorando la realidad, vamos a dedicar cuatro notas más explicando el cambio. No en sus externalidades —pues para ello ya tenemos algunos buenos trabajos sociológicos—, sino en lo anunciado: qué es lo que realmente la ciencia nos dice que está pasando en la cabeza de estos niños y jóvenes.
Es obvio que nos referíamos al cambio producido por influencia de la electronalidad. Que ha modificado —lo adelantábamos— tanto su software como ya su propio hardware, su propia mente. Más allá de conductas externas.
Ya desde los trabajos de Von Humboldt se nos había enseñado que las lenguas implican un modo de pensar; pues para muchos aún la diferencia entre lenguas se reducía solo a traducción de palabras. Sin embargo, la investigación —y nuestra propia experiencia cuando aprendemos una nueva lengua— confirma el aserto del gran lingüista prusiano.
Para tratar de penetrar en estos cambios, empecemos —desde la semiología— con los cambios en el software de los millennials.
Sabemos que el software, finalmente, es el programa de la computadora. Extrapolado a nuestro tema, el modo como procesamos el mundo, el modo como lo vemos, la forma como lo clasificamos.
Y conviene subrayar aquí la primera característica de estos modos como los millennials “miran” el propio lenguaje, pero —es claro— la manera como miran también al mundo.
En la cultura occidental somos hijos de una asociación entre objetividad y escritura, herencia básica de la escritura fonética. Y, por esa vía, hemos vivido en el mundo de las “certezas ciertas” y absolutas. De lo que técnicamente se llama ELLO Objetivado.
Yo (primera persona), tú (segunda) y ELLO (tercera), lo decía ya Coquito en la lejana primaria. Y el ELLO se definía como algo “ajeno y distinto” al yo y al tú. Como algo objetivo, entonces.
La vinculación entre escritura y religión primero, y entre escritura y racionalismo después —desde Port Royal—, convalidaron esta visión del mundo.
Pero resulta que para los millennials, el ELLO es visto según los intereses y perspectivas del yo y el tú. No nos asustemos: el ilustre filólogo alemán Leo Spitzer hablaba del perspectivismo en el Quijote.
¿Qué significa ELLO subjetivado o en perspectiva? Que no hay mundo externo que no nos involucre. Que no hay “verdades” absolutas aceptadas si afectan los intereses de los usuarios. Yo veo lo que me interesa y como me interesa.
Lo vemos en el FB. Trueques de productos “objetivamente caros” por otros “más baratos”, pero que interesan por múltiples razones o emociones a alguien. Por eso vemos también en FB opiniones y rabietas más que argumentos. Emociones más que razón. Y hasta confesiones de lo más íntimo.
No es lo mismo ver “el mar” que “mi mar”. No es lo mismo la democracia en abstracto que los beneficios que pueden derivar de ella y que se sienten propios. No es lo mismo ver un mundo lejano, distante y ajeno que un mundo cercano y propio.
Este ELLO subjetivado o en perspectiva es, pues, la primera característica que la electronalidad ha instalado en el software de la mente de los millennials. Quedan otras dos características que veremos en notas posteriores. Simplemente vayamos entendiendo que esta sola característica hace que un millennial no produzca ni consuma sentido como un no millennial.
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