Un paso tímido y dudoso

¿Puede haber diálogo político en ausencia de las principales fuerzas de oposición?. 

La reunión de ayer entre el gobierno y representantes de algunos partidos políticos de escasa representación no ha sido el diálogo político que se necesita para consolidar nuestra democracia y nuestro crecimiento económico. A lo sumo podría decirse que ha sido un paso tímido y dudoso en esa dirección que acabó con un anuncio efectista y confuso sobre la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). 

El diálogo político tiene por objeto, siempre, buscar entendimientos o acuerdos entre el gobierno y la oposición. Entonces, no puede llamarse así una reunión a la que no asisten los principales partidos opositores. Es como hablar de diálogo en los EEUU sin el partido Republicano o en España sin el PSOE. 

El diálogo convocado por Humala ha fracasado en ese sentido. Sin las fuerzas políticas de mayor arraigo popular, el Apra y Fuerza Popular, los acuerdos que tome esa reunión son ser políticamente viables. 

La agenda de la cita reflejó la confusión del gobierno: “Compromiso a favor del crecimiento económico, agenda social y lucha contra la pobreza; seguridad y lucha contra el crimen y la corrupción, y reforma política para mejorar el sistema democrático y la gobernabilidad”. 

Confusa porque no se puede abordar separados el crecimiento económico y la lucha contra la pobreza si todos los estudios económicos indican que el 80% de la reducción de aquella se debe a la inversión privada -motor del crecimiento- y 20% a la pública, incluyendo los programas sociales. 

Nadie podría discrepar con los otros dos puntos: enfrentar el desborde del crimen y la corrupción estatal que lo cubre de impunidad, y reformar el sistema político (eliminar el voto obligatorio y el preferencial, y modificar los distritos electorales). Pero otra vez lo mismo, ¿se puede tomar acuerdos al respecto sin el PAP y FP? 

El gran tema ausente ha sido la educación. Consolidar nuestro desarrollo depende, en el mediano y largo plazo, de la calidad de nuestros recursos humanos, por ello sorprende que la reforma de la educación no esté en la agenda. El último punto, la gobernabilidad, supone necesariamente acabar con la polarización que promueve el gobierno con sus constantes ataques a la oposición. ¿Qué plantea Humala para acabar con la polarización? ¿Hará mea culpa y se enmendará? ¿Separará a Cateriano y Urresti o seguirán en lo mismo tras el diálogo? 

La reorganización de la DINI, un gesto a la oposición espiada, resulta contradictorio porque el gobierno negó que ese organismo hiciera reglajes políticos. Y la forma del anuncio (cierre) se presta a interpretaciones que podrían precipitar una estampida de agentes. ¿Se sacrificará a la DINI para salvar a quienes ordenaron los reglajes? Sería un grave error que le haría un enorme daño a la seguridad del Perú. 

Las respuestas a estas preguntas y a las otras sobre la gobernabilidad nos dirán si existe en el gobierno un ánimo genuino de llevar adelante un diálogo político. 

Por Víctor Robles Sosa
10 - Feb - 2015