Úrsula Letona
Todas las mujeres tenemos derechos
A propósito del Día Internacional de la Mujer
"Ningún país puede florecer si ahoga el potencial de sus mujeres y se
priva de las contribuciones de la mitad de sus ciudadanos."
Michelle Obama
Cada 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer. Una fecha propicia para recordar que llevar a la práctica lo que pregonamos respecto de los derechos de las mujeres es crucial para reconocer y ayudar a que exista mayor igualdad y un ejercicio verdadero de esos derechos. Si realmente aspiramos a lograr que se reconozca a todas y cada una de las mujeres del Perú como ciudadanas capaces de aspirar a una igualdad real ante la ley y ante la sociedad, entonces es menester no solo predicar sino también actuar en consonancia con esas ideas.
A través de la historia cada conquista social ha necesitado de héroes que se atrevieran a creer en un ideal y que no descansaran hasta ver su causa materializada. Esa misma historia nos enseña que muchas situaciones injustas no se hubieran erradicado sin el coraje ni la tenacidad de tantas almas entregadas a una causa noble, y es en esa dirección que debemos avanzar. Lamentablemente, en lo que va del año han ocurrido en nuestro país alrededor de 25 feminicidios. Y a pesar de nuestros esfuerzos, la violencia contra las mujeres es algo cotidiano. Urge, pues, que actuemos con una intención más firme en el afán de proteger y defender a todas las mujeres, sin distinción.
Los peruanos debemos ser conscientes de que esta es una tarea que debe realizarse en común, avanzando cada día en la realización plena de los derechos de la mujer, señalando el camino que aún falta por recorrer y valorando y celebrando sus logros. Se requiere una política transversal que empiece con la educación y la salud mental para así articular una verdadera política nacional de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, en la cual se involucren todas las instancias de Gobierno y también todos los sectores del Poder Ejecutivo. Solamente de esta forma se entenderá que esa política es una prioridad del Estado peruano.
Sin embargo, no debemos perder de vista que la violencia no solo se presenta a través de atentados contra la vida de la mujer, sino que también está presente cuando se descalifica o se busca desmerecer las preferencias políticas de algunas mujeres en particular, recurriendo a insultos, descalificaciones o relacionándolas con delitos, sin justificación alguna, entre otras formas de bullying político.
Este ha sido el caso de muchas congresistas de Fuerza popular, hostigadas y maltratadas por los mismos que exaltan los derechos de la mujer y dicen protegerla de cualquier forma de violencia. Al parecer, el respeto y la protección de sus derechos como mujeres solamente es válida si las víctimas están de acuerdo con sus ideas políticas, pero si son adversarios ideológicos no hay ley o protección que las ampare. Esta actitud es perjudicial a todas luces, porque no solamente daña nuestra democracia sino que no permite la libre expresión de las ideas políticas; además de irrespetar a las mujeres en general y a los millones de peruanos que se decantaron por una propuesta políticamente válida.
No debemos olvidar que la Ley de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres, citada esta mañana en la exposición del Presidente del Consejo de Ministros en el Congreso, resume en su artículo 6 lo que venimos sosteniendo como una necesidad: “Promover y garantizar la participación plena y efectiva de mujeres y hombres en la consolidación del sistema democrático”
Esto solo es posible si nos toleramos los unos a los otros con verdadero talante democrático. Las mujeres y los hombres de este país así lo reclaman. ¡Más acción y menos palabras!
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