Guillermo Vidalón
¿Tierra fértil para la violencia?
La pobreza en el Perú, según Vladimir Cerrón
Cuando uno lee la justificación de la violencia subversiva de los años ochenta y noventa, por parte de Vladimir Cerrón –fundador del partido del lápiz– surgen varias reflexiones. Hay países más pobres que el Perú; sin embargo, sus líderes políticos no promueven la violencia, ni las masacres de los más pobres para someterlos a su insania. Tampoco raptan niños para adoctrinarlos y convertirlos en instrumentos de su voluntad.
El razonamiento político del líder de esa agrupación está equivocado, porque argumenta la subsistencia de las condiciones de pobreza para… ¿retomar los actos de violencia? Esperemos que no. De ser así, ¿se configura el delito de apología del terrorismo? O es que desde la clandestinidad –como fue que declaró ante la justicia– está buscando tender lazos con las huestes del fallecido líder terrorista.
Recordemos que Cerrón manifestó en un audio, ¿quién no sabe que Conare es Sendero? En otras palabras, el lápiz no es Sendero, Conare ¡sí!, según sus declaraciones y las innumerables pruebas indíciales que documentó la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) de la Policía Nacional del Perú. Cabe preguntarse si con sus mensajes entre líneas está recurriendo a los remanentes subversivos ¿Desea liderarlos? ¿O simplemente está buscando protección?
La semana pasada Aníbal Torres, ministro de Justicia, señaló que Cerrón es una influencia negativa para el presidente Pedro Castillo. La pregunta que cae por su propio peso es ¿por qué el ministro piensa eso? ¿Cerrón no deja gobernar a Castillo o este es muy influenciable? ¿Lo tiene chantajeado por algún acuerdo previo a su asunción como primer mandatario de la nación? Porque a Castillo siempre le recuerdan: eres un invitado del partido. Y ahora la bancada cerronista en el Congreso ha dicho lo mismo sobre el ministro Torres.
Según el pensamiento cerronista, la democracia no importa, tampoco la decisión de la ciudadanía que votó por Pedro Castillo, menos la Constitución del Estado y sus leyes. Por eso quieren cerrar el Congreso de la República, porque refleja la pluralidad de opciones políticas existentes en el país, para poner en marcha el plan del partido único y llegar a lo que otro Vladimir (Lenin) proponía: la dictadura del proletariado. Es decir: “Yo gobierno, tú acatas y si la ley te protege, pues la cambio”. Quieren siervos, no les interesa consolidar ciudadanía. Por esa razón soslayan las prácticas democráticas en las que priman la ley, el orden y la justicia; fundamentos que han sido calificadas como “pelotudeces democráticas” por un conspicuo parlamentario del lápiz.
A la fecha, los hechos demuestran que la hipótesis fiscal que sindica a Cerrón como cabeza de una organización criminal, que conformó un partido político para seguir operando desde el Poder Ejecutivo, tiene indicios razonables de veracidad. Haría bien Pedro Castillo en alejarse definitivamente de su “portero” para relanzar su Gobierno, acabando con la incertidumbre y enrumbando el país hacia la estabilidad, la generación de empleo y el desarrollo. Es la razón por la cual alguien debe postularse a la presidencia.
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