Giancarlo Peralta
¿Silencio del Dragón?
China y sus inversiones en la minería peruana
Las principales potencias mundiales se caracterizan por sus políticas expansionistas. Para ello emplean diversos mecanismos de intervención directa o indirecta, en esferas que comprenden los escenarios políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales. Por ejemplo, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, la actual Rusia) estableció una red de partidos comunistas calificados como prosoviéticos para conseguir sus objetivos. Esta acción formaba parte de su estrategia de intervención a través del acercamiento y adoctrinamiento, principalmente de líderes sindicales, empleando como elemento aglutinador la ideología identificada como marxismo leninismo.
Tras la caída del Muro de Berlín, en 1989, la reunificación de Alemania y la desintegración de la antigua URSS, Rusia abrió las puertas al capitalismo, pero sin renunciar a su política expansionista, siguiendo los pasos de China: control político férreo y apertura a la propiedad privada sin dejar de lado la participación de sus respectivos estados en la economía. En la actualidad, China mantiene una especie de sistema híbrido, comunista en lo político y capitalista en lo económico; pero antes y después, mantiene su política expansionista, sobre todo ahora que se perfila como la mayor potencia mundial.
Al igual que la pasada URSS, China ha tejido una red mundial por medio de los partidos comunistas denominados como “pro-chinos”. Por medio de este mecanismo influye en las decisiones internas de los países donde tiene presencia, por eso llama la atención que el Dragón guarde silencio ante las frecuentes paralizaciones que enfrenta una de sus mayores inversiones en el Perú, como es el caso de mina Las Bambas.
China es el mayor consumidor de cobre del mundo, con más del 50% del total. Para el gigante asiático la producción de este metal es indispensable porque garantiza el suministro regular a su sector industrial. Por otro lado, está el hecho de que una parlamentaria vinculada al gobierno presidido por el profesor Pedro Castillo presentó un proyecto de ley para crear la Empresa Nacional del Cobre, empezando por la nacionalización de Las Bambas.
El Dragón, con más experiencia que Perú Sin Libertad, sabe que seguirá adquiriendo el cobre de manera directa o indirecta, sea que deje de operar dicha mina o no. También sabe que si la mina es operada por un gobierno acusado de realizar acciones con graves indicios de corrupción podría garantizarle un suministro continuo del concentrado y sin interrupciones, porque el Estado podría emplear la fuerza pública sin miramiento alguno ante cualquier conflicto.
Asimismo, el líder del partido que llevó al poder a Pedro Castillo es conocido por haber privilegiado a una constructora china en el otorgamiento de licitaciones generosas y cuyos trabajos habrían quedado inconclusos en diferentes regiones del país. Es decir, el Perú habría migrado de emplear los servicios de constructoras latinoamericanas por otras de origen chino, con similares prácticas. Realmente, cualquiera podría preguntarse si Castillo y su socio Vladimir están luchando contra la corrupción o son alfiles coyunturales que operan a favor de una red internacional alejada de los intereses del Perú.
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