Juan Carlos Valdivia
Señales al mercado
De que el modelo económico se mantiene incólume
Se ha generado la sensación de ingobernabilidad. La victimización que han hecho voceros del Gobierno, respecto a un supuesto obstruccionismo, ha sido repetida por activistas en el periodismo y la opinión, generando un ambiente de confusión en empresarios e inversionistas. Si a esto sumamos las erradas decisiones económicas tomadas por el ministro Thorne y el embate de esos dos grandes tsunamis que fueron la corrupción brasileña y El Niño Costero, tenemos la explicación de que la economía esté parada, y la confianza en lo que haga el gobierno decreciendo.
Por ello es importante dar al mercado las señales de estabilidad política. En ese orden de ideas, es importante la reunión del presidente Kuczynski con la líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori. Si de esa reunión salen unos pocos acuerdos, que permitan iniciar rápidamente inversiones en infraestructura y con ello echar a andar la rueda de la economía, y si además se logra una agenda mínima de normas que deban ser aprobadas por el Congreso en el siguiente año, entonces estaríamos dando predictibilidad al trabajo de ambos poderes del Estado.
Este primer año, lo han reconocido desde el Ejecutivo, ha sido uno de aprendizaje de las formas democráticas. Desde 1968, siempre el presidente o jefe de Estado tuvo la decisión en el Estado. En los setenta por la dictadura militar; en el quinquenio que se inicia en 1980 el belaundismo tuvo mayoría en diputados y la logró en el Senado gracias a la alianza con el PPC. A partir de 1985, Alan García era la voz cantante por la mayoría obtenida (hasta la estatización de la banca). En 1990 Fujimori no tuvo mayoría, en 1992 dio un golpe de Estado y a partir de ese momento —y desde 1993 por sucesivas elecciones— tuvo la decisión hasta el año 2000. En este siglo, Alejandro Toledo tuvo mayoría gracias a su alianza con Olivera; en el 2006 Alan García construía mayorías hacia la izquierda o hacia la derecha según le conviniera; y en el 2011 Humala contó con el respaldo del toledismo para poder gobernar. Es casi medio siglo en que nos hemos acostumbrado a un presidente con plenos poderes, y que ordenaba en el Parlamento, convirtiendo a este en un órgano “muy colaborador”.
En entrevista publicada el domingo, el vocero oficialista reconoció que el fujimorismo les había permitido obtener todas las leyes que el Gobierno había solicitado. Sin embargo, como ya lo señaló el premier Zavala, la democracia peruana no ha estado acostumbrada al estilo de control político que ha venido ejerciendo el fujimorismo.
La reunión de hoy debe servir para aclarar algunas cosas y acordar otras pocas; pero fundamentalmente para dar señales al mercado de que hay un acuerdo político, que el modelo económico se mantiene incólume y que la economía peruana comenzará a retomar la velocidad acostumbrada en la década pasada.
Juan Carlos Valdivia
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