Úrsula Letona
San Marcos, mi otra madre
En el 468 aniversario de fundación de la universidad decana de América
“San Marcos, nudo de inquietudes, plaza
de victorias”. Juan Gonzalo Rosé
Al escribir estas líneas, poco más de ocho millones de peruanas celebramos el día de la madre. ¡Feliz día a cada una de ellas!, especialmente para las madres que son el gran soporte de sus hogares. En paralelo, otros tantos miles de sanmarquinos en todo el país y en el exterior celebramos el 468 aniversario de fundación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, decana de América, fundada el 12 de mayo del año 1551.
Referirse a San Marcos, sin duda, es hacer una metáfora de la relación que tengo con mi madre. Efectivamente, es a mi madre a quien le debo mi formación personal, y a San Marcos le debo mi formación profesional. Cada una en su función me dieron herramientas valiosísimas que me permitieron salir del círculo de la pobreza y forjarme un futuro mejor. Adquirí de ellas valores y principios que inspiran el quehacer de mi vida diaria; pero más que nada, me permitieron conocer y, por ende, querer por sobre todas las cosas, a nuestro Perú, a amar sus riquezas y fortalezas. Y también entender sus necesidades y los grandes retos que debemos superar.
Mi madre —maestra de escuela primaria— era estricta y muy esforzada; amorosa, pero a la vez muy exigente. Mantuvo intacta su vocación de servicio durante los veinticinco años que le dedicó al Magisterio de nuestro país. San Marcos, diversa, pluricultural, abierta a todas las vertientes del pensamiento desde hace 468 años, ha formado en su larga historia, anterior a la República incluso, mujeres y hombres ilustres que se han puesto al servicio del país en procura de su grandeza.
Diversos artículos han recordado en estos días a centenares de sanmarquinos, e incluso hoy existe un hashtag interesante circulando en las redes sociales con ocasión de este nuevo aniversario: #misanmarquinofavoritoes. Desde el apurimeño José María Arguedas (gran indigenista), pasando por Ella Dumbar (primera mujer catedrática universitaria), hasta aquellos que no necesitan mayor presentación, como el arqueólogo Julio C. Tello, el poeta César Vallejo, el historiador y diplomático Raúl Porras Barrenechea –mi preferido–, el historiador Jorge Basadre Grohmann. Y otros aún vivos, como los escritores Mario Vargas Llosa (único premio Nobel de nuestra historia) y Alfredo Bryce Echenique, quienes pasaron por sus aulas e hicieron de San Marcos un referente del pensamiento y de las ideas. Sus reflexiones nos permiten en la actualidad seguir pensando con sapiencia acerca de nuestro país.
Cabe también recordar, ad portas de nuestro Bicentenario como República, la gran gesta de los padres de la patria, incubada desde las aulas de San Marcos. Fueron varios los sanmarquinos que forjaron nuestro país: Hipólito Unanue, Toribio Rodríguez de Mendoza, Francisco Javier Mariátegui, José Faustino Sánchez Carrión, Manuel Pérez de Tudela, entre muchos otros.
Hoy el compromiso con nuestro país continúa. El Perú aún requiere muchas reformas, cambios estructurales que demandan talento y formación. Los problemas que hoy afronta nuestro país deben ser solucionados por peruanos de bien, con una sólida formación en valores, sin dejar de lado el aspecto académico. Estoy segura de que muchos de esos profesionales surgirán de las nuevas promociones de egresados de esta gran casa de estudios.
Mis saludos respetuosos a la gran familia sanmarquina y a los miles de compañeros por un aniversario más, ¡Felices 468 años!
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