Jorge Morelli
Sainete interminable
Las posibles salidas de la actual crisis política
Siguen en marcha los tres planes políticos en abierta competencia entre sí. Como se sabe, el más peligroso es el del eje La Habana - Caracas - Evo - Cerrón. Se propone sacar a Castillo, a Boluarte y al presidente del Congreso de turno –en este caso José Williams, héroe de Chavín de Huántar– y capturar el poder. El plan es inviable, sin embargo, porque le falta y le seguirá faltando la pieza central: el control del Ejército. Los últimos ascensos por méritos han sido correctos al parecer. De allí la reciente actividad febril de algunas embajadas. La presidencia de Williams en el Congreso es estratégica.
Afortunadamente, tanto la caviarada como la oposición han comprendido finalmente que no se debe sacar a Castillo fuera de la Constitución, la ley, la democracia y el Estado de Derecho. Porque un golpe de la calle le estaría sirviendo la mesa al plan del eje La Habana - Caracas. De darse, la salida de Castillo tiene que ser impecablemente legal.
En este punto es donde el plan caviar se aparta del de la oposición.Se debe a que el plan caviar consiste en sacar a Castillo para poner a Boluarte en Palacio, mantenerla allí hasta el 2026 y copar mientras tanto absolutamente todo el Estado. No para andarse en robos de pájaros fruteros por unos miles de soles. Faltaba más. Es para encajarle al país nuevos elefantes blancos que no necesita por miles de millones de dólares: refinería de Talara, Gasoducto del Sur, Interoceánica. Es lo que la hace la caviarada.
El último plan es el de la oposición. Procura sacar a Castillo y a Boluarte para poner en la Presidencia de la República al general Williams, y que este convoque a elecciones, como manda la Constitución. Pero hay una falla en el plan. Para funcionar, el plan de la oposición tiene que sacar primero a Boluarte y solo después a Castillo. Para hacerlo, tiene una ventana de oportunidad de tres meses. Es el plazo que tomará el debido proceso de la denuncia constitucional contra Castillo en el Congreso, suponiendo que tenga éxito.
Como todo esto no es un secreto para nadie, la caviarada cerrará filas desde hoy mismo en torno a Boluarte acusando de golpista a la oposición. El episodio de la temporada es, entonces, la batalla en torno a Boluarte. El andamiaje jurídico caviar la blindará de la vacancia a como dé lugar, aunque tenga que judicializar toda la vida política del país. Como el pueblo no apoyará esa vacancia, harto de este sainete interminable, la oposición le habrá servido la mesa a la caviarada tontamente.
Este enfrentamiento no traerá nada bueno a la política peruana, mientras la economía sigue yéndose por el desagüe. Ninguno de estos planes es una salida para el bloqueo en que estamos varados. Es demasiado pronto para saber cuál es la salida. Lo mejor por ahora sería una tregua para recoger a los grandes proyectos heridos y enterrar a los políticos muertos.
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