Ursula Chamochumbi

Reflexiones electorales

Frepap y Unión por el Perú pueden sentirse ganadores

Reflexiones electorales
Ursula Chamochumbi
29 de enero del 2020


No cabe duda de que este último domingo perdió la democracia y ganó Vizcarra. Cada vez me convenzo más de que a la mayoría de ciudadanos no les importa o no están conscientes de lo necesario que es mantener el equilibrio de poderes en el Estado y ser una república. Considerando que actualmente una buena parte de los electores son millennials, esto sugiere una forma diferente de entender la sociedad y cómo debe ser gobernada.

También perdió el Partido Morado (caviares y posible bancada oficialista). Ellos pensaban que serían mayoría, o al menos que estarían en primer o segundo lugar; sin embargo, están casi al final de la lista. Perdieron por los últimos escándalos, pero también perdieron en provincias, a pesar de que “Correcaminos” Guzmán estuvo haciendo una silenciosa campaña en algunos lugares fuera de Lima, en los últimos años.

Hay una aparente victoria de Acción Popular. Sin embargo no es contundente en números, solo expresa una mayor confianza de la gente porque ellos se han mantenido más o menos lejos de escándalos como el de Lava Jato, tienen a muchos alcaldes en funciones y no han sido golpeados por la prensa. Finalmente su actitud de mantenerse casi neutrales rindió frutos, aunque esto hable pobremente de ellos.

Muchos partidos y agrupaciones apostaron por gente nueva, aunque solo para las elecciones; sin embargo, no sabemos qué tan bueno será para el trabajo en el parlamento, pues si se tratara de partidos sólidos, con una ideología definida y compartida por todos, sabríamos qué esperar. Pero ahora ese no es el caso.

Los que sí se pueden sentir ganadores son el Frepap y Unión por el Perú, ambos con fuerte arraigo en provincias y en sectores populares. Ambos tienen pensamientos radicales, que aunque parecen opuestos no lo son del todo, porque coinciden en fortalecer las comunidades en el interior y también en la visión respecto de los LGTBI y los corruptos.

Lo que podría preocupar es que las izquierdas van a tratar de aliarse, al menos en algunos temas de convergencia, y eso podría generar algo de zozobra en el aspecto económico, por ejemplo. Pero al no haber un líder visible y, como siempre, carecer de modestia, probablemente esas alianzas se queden solo en este Congreso.

Alianza para el Progreso sigue a flote porque supo entender en su momento que no le convenía hacer oposición al Gobierno, especialmente en el momento del cierre del Congreso anterior. Esto puede sonar oportunista y definitivamente demuestra que no siguen un ideario, por lo que es válido preguntar ¿están trabajando para el Perú o para ellos mismos?

A los que perdieron por defender convicciones democráticas, les corresponde mantenerse en esas convicciones. Ellos han demostrado que caer luchando y sin claudicar –como lo hicieron otros– tiene más dignidad que ganar siete u ocho curules a cualquier precio. Me atrevo a decir que este Congreso le hará el juego al Gobierno y se desprestigiará cuando empiece a promover cambios impopulares, o cuando se vea claramente que son manipulados.

Para el momento en que eso suceda, el APRA y los partidos conservadores tienen que haberse lavado la cara, usar una mejor estrategia comunicacional y hacer un trabajo de hormiga en provincias. En particular el APRA tiene que relanzar su ideología en términos modernos, priorizando aquellas ideas que se apliquen mejor a la realidad actual. Tienen que ser coherentes consigo mismos y sus ideales, y eso pasa también por expulsar a los malos elementos, que solo destruyen la imagen del partido. Dejar las peleas internas y pensar en un futuro glorioso, lejos de nombres propios.

Ursula Chamochumbi
29 de enero del 2020

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