Recuperar la dignidad magisterial

Han transcurrido aproximadamente dos semanas desde que dirigentes del Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación (SUTEP) iniciaron una huelga de hambre y, como era de esperarse, no se tiene ninguna reacción favorable en términos de solución por parte del gobierno a través de las instancias correspondientes. El Ministro de Educación ha respondido “declarando ilegal” esta medida de lucha, aduciendo torpemente que no se ha integrado la mayoría de docentes del país. 

Comparto la valoración que realizan sobre la situación política, económica y social del país, señalada en un informe sobre la determinación de dar curso a esa extrema medida de lucha, en el que afirman que “los dirigentes nacionales, regionales y provinciales del SUTEP iniciaron el jueves 17 de noviembre la Huelga de Hambre Nacional ante el rotundo fracaso del gobierno y del actual ministro de Educación en la solución de los problemas del país y el sector; la pésima ejecución presupuestal; la manifiesta corrupción del presidente de la república acusado de ser cabecilla de una organización criminal, contra el favorecimiento rapaz a minúsculos grupos violentistas herederos de Sendero Luminoso, por quienes no votamos y hoy están en el gobierno”

En el ánimo lograr que los ciudadanos en general y  los profesores en particular comprendan el contenido de esta medida, resaltaremos sus demandas, dado que buscan un mayor presupuesto para el sector: asignación del 6% del PBI para Educación; mejora de condiciones económicas para los docentes: aumento de remuneraciones para auxiliares de educación, incremento de sueldos para maestros nombrados y contratados, hasta llegar a una UIT al 2026, propinas dignas para las promotoras de los PRONOEI, pensiones dignas para cesantes y jubilados; calificación profesional: nombramiento transparente y respetando la meritocracia; inclusión educativa: respeto y defensa de la Educación Intercultural Bilingüe, contra el retroceso en la Educación con Enfoque de Género y la Educación Sexual Integral; defensa del fondo previsional de los maestros, entre otros.

Vista las exigencias, la presión para que sea resuelta rápidamente esta huelga de hambre, con soluciones concretas, compromete a todos los maestros del Perú quienes, al margen de sus discrepancias en materia de conducción gremial, vale decir de intereses  grupales o político partidarios y en el ejercicio sereno de ciudadanía, deben poner por delante la recuperación de la dignidad magisterial, haciendo eco de los reclamos formulados y desarrollando las acciones correspondientes para presionar al gobierno su atención inmediata. Como las demandas planteadas, abarcan aspectos económicos, gremiales y fundamentalmente profesionales, los maestros conscientes, deben reafirmarse en la recuperación de su dignidad, recordando lo señalado por el  profesor y escritor español Fernando Savater: “Como educadores sólo podemos ser optimistas. Con pesimismo se puede escribir contra la educación, pero el optimismo es necesario para ejercerla. Los pesimistas pueden ser buenos domadores, pero no buenos maestros... La educación es un acto de coraje; cobardes y recelosos, abstenerse.” 

Ahora bien, en la certeza de que la educación promueve el desarrollo integral de los estudiantes y que sus resultados tienen impacto en la transformación de los pueblos; las circunstancias actuales de crisis del sector, al igual que la necesidad de un mayor compromiso docente con el discurrir educativo, debería conducir a los maestros y sus líderes a la realización de una sincera autocrítica que se exprese en la búsqueda de mayores niveles de encuentro y de ventajas colectivas; aspectos necesarios y claves para afrontar las tareas que la sociedad ha puesto en sus manos.