Guillermo De Vivanco
¿Quo Vadis Perú?
Cuatro lecturas a la elección del domingo
Enrique Cornejo triplicó su intención de voto gracias a los 4 minutos que, por azar, logró confrontar a Castañeda el día del debate. Lo que sucedió a partir de ese momento fue un reconocimiento a su perfil técnico y profesional y a su independencia del padrinazgo de Alan. El verdadero titular periodístico no era el triunfo de Castañeda sino la atropellada de Cornejo: pasó del 6% a más de un millón de votos, o sea ¡600,000 votos en una semana, 100,000 votos diarios! Increíble. Cornejo es el gran ganador de las elecciones.
Cornejo se ha convertido en un protagonista del quehacer político, con una gran experiencia ejecutiva. Sus siete regidores electos son la bancada más joven del futuro Concejo. Y aunque representa al APRA parece no cargar su pesada mochila. El voto por Cornejo y Castañeda es el voto al tecnócrata, al ejecutor, a nuestra necesidad de ser competitivos en el sector público. A hacer obra ahora.
El triunfo de Gregorio Santos tampoco deja dudas sobre la percepción que se tiene en Cajamarca de la minería. El dilema planteado como cierto, de oro o agua, implica la incompatibilidad entre la explotación minera y la conservación del agua, por eso no se resolvió ofreciendo un reservorio en compensación. La oferta debió ser: oro, agua y desarrollo (infraestructura, salud, educación).
Debemos reconocer que como república no nos diferenciamos mucho de la época colonial: Cajamarca ha tenido minería desde siempre. Urge un shock de inversión en esa región pero no veo quién lo ejecute. Todos somos responsables de la rebeldía cajamarquina y de la desaceleración sufrida. Por omisión hemos creado las condiciones para los Santos y sus mellizos ultras.
Se busca gerentes
Decía Antonio Raimondi que “el Perú es un mendigo sentado en un banco de oro” y pienso que no se refería solo a la riqueza minera sino también al enorme potencial emprendedor de su gente, entonces opacado y latente. En la última década los precios de los minerales subieron un 400%, por lo que podríamos añadir a la frase de Raimondi que muchos de esos “mendigos” hoy son millonarios, exitosos emprendedores, responsables de la mayor parte del empleo y del PBI. Ya no discutimos el modelo económico. El surgimiento de los mercados zanjó toda duda. Las filosofías políticas se quedaron en el café.
Nunca antes las regiones dispusieron de los ingentes recursos que hoy tienen; sin embargo, ese capital está siendo dilapidado por la corrupción y la falta de gerencia. Tenemos que competir con el sector privado, reclutar a los mejores profesionales, ofrecerles remuneraciones acordes a su valor de mercado e incentivos para una carrera de largo plazo en el sector público.
Urge reformar las regiones
La institucionalidad regional está en crisis, no funciona. Los gobiernos regionales son incapaces de ejecutar los presupuestos, las transferencias se dan sin rigor legal ni supervisión ni control del gasto. No se hacen obras por falta de proyectos, simplemente se malgasta. Los presidentes regionales pretenden cuestionar la autoridad del gobierno central. No es casual que siete de ellos estén detenidos y procesados por corrupción. Coincido con Roberto Abusada: ejerciendo el poder que les da la ley, cada ministerio debe certificar a las entidades regionales en las competencias transferidas. Y también brindar el apoyo técnico que esas entidades necesitan para cumplir su función.
Es hora de actuar, no de polarizar como estrategia política. Tenemos una oportunidad única de seguir creciendo. No la desperdiciemos.
Por Guillermo de Vivanco Roca Rey
(8 - oct - 2014)
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