Giancarlo Peralta
¿Quiénes desestabilizan a Dina Boluarte?
Sus amigos de ayer están esperando el momento para sacarla de la Presidencia
Algo está sucediendo en el entorno de la presidenta Dina Boluarte. Por un lado tenemos a quienes le recomiendan mantenerse equidistante de los extremos políticos, como si la indefinición en la toma de decisiones permitiera generar confianza. Por otro lado tiene a quienes le aconsejan sojuzgar a las fuerzas del orden para impedir que cumplan con su obligación constitucional de mantener el orden interno y la seguridad.
Por esa razón, Dina transmite inseguridad y muestra reacciones dubitativas, en lugar de centrar su accionar en lo que realmente requiere el país. Y también en los riesgos a que buscan someterla quienes quieren volver a organizar una nueva “Toma de Lima” durante su presentación en el Congreso el próximo 28 de julio.
Los sucesos tras el golpe de Estado de Pedro Castillo, el pasado 7 de diciembre, son de entera responsabilidad de Perú Libre y su entorno vacador. Se sabe perfectamente que los “gabinetes descentralizados” eran un mecanismo que buscaba enardecer a un grupo de ciudadanos para enfrentarlos en contra de otros peruanos, en lugar de plantearse un debate político aleccionador sobre las propuestas de solución para los problemas del país. Por eso no hay actas ni registros, y las “presentaciones públicas” eran entre “amigos políticos y de la corrupción".
Sra. Boluarte, podemos no estar de acuerdo con usted en todos sus planteamientos, pero lo cierto es que usted ocupa el cargo que le corresponde constitucionalmente, y se debe principalmente a los ciudadanos de bien y, en menor medida, a quienes delinquen. Bajo la falacia de la “protesta social” se produjeron actos subversivos debidamente organizados y aupados por quienes dicen que dichas acciones fueron espontáneas, que un grupo de pobladores se reunía repentinamente, sin convocatoria previa en la sede de alguna institución pública para atacarla e incendiarla; o para pretender la toma de aeropuertos en simultáneo, o de la planta de gas de Kepashiato, todos ellos activos críticos, que de interrumpirse su funcionamiento, pondrían en riesgo gran parte de la actividad productiva del país.
Sra. Boluarte, no debe tener una conducta dubitativa frente al informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que responsabiliza a su Gobierno por la pérdida de vidas humanas en actos violentos que no fueron ocasionados por las fuerzas del orden, sino que estas actuaron en cumplimiento de su deber. Y eso las exime de toda responsabilidad.
Usted llegó al poder integrando una plancha presidencial que fue admitida, a mi criterio, irregularmente por el presidente del presidente del JNE, José Salas Arenas. La ley electoral establece claramente que una fórmula presidencial debe estar integrada por el candidato a la presidencia y dos vicepresidentes; sin embargo, a Perú Libre de Vladimir Cerrón y su alianza con el entorno caviar le dieron pase. Y fue precisamente Salas Arenas quien no quiso transparentar las actas electorales que fueron firmadas por un mismo puño y letra. En esta gente no puede confiar quien tiene bajo su responsabilidad la presidencia del Perú.
Sra. Boluarte, sus amigos de ayer están esperando el momento para darle el zarpazo que la expulse del sillón presidencial, por eso buscan distanciarla de las instituciones tutelares de la república, aquellas que han demostrado estar al servicio de la nación, más allá de los gobiernos de turno. Véase en el espejo de lo que está sucediendo en Chile, si no quiere mirar a El Salvador, donde medidas radicales en la lucha contra la delincuencia común y política, sobre todo esto último, ha hecho posible que uno de los países con mayor criminalidad y tasa de muertes hoy se haya convertido en una nación segura.
La complicidad de la izquierda es doblemente negativa, porque a su consabida ineficiencia en el manejo de la cosa pública le ha sumado la corrupción. Recordemos que el 2011 recibieron un país que generaba empleo, reducía la pobreza y crecía en promedio 8% anual, el mejor desempeño comparado con otros países latinoamericanos; empero, nos han dejado un país que decreció con Ollanta Humala a 4%, siguió cayendo con PPK y Vizcarra, y se contrajo aún más con la pandemia. Y tras la violencia del primer trimestre del 2023, el Producto Bruto Interno ha caído a alrededor de 0.4%, según la principal entidad financiera del país.
El Perú requiere un líder decidido, sin vacilaciones. Usted tiene la oportunidad de desmarcarse. Deje de ver a Cristina Kirchner y piense más en Margaret Thatcher, si quiere ser recordada como algo más que la primera mujer presidente constitucional del Perú.
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