Felipe Tudela
¿Qué tan grande es la huella de carbono del bitcoin?
Transacciones de la moneda virtual crean más contaminación que un país pequeño
El repentino giro del CEO de Tesla, Elon Musk, sobre la aceptación de bitcoin para la compra de vehículos eléctricos ha puesto en el punto de la mira el uso de la criptomoneda. Pero ¿qué tan sucia es la moneda virtual?
Bitcoin es una moneda virtual o un medio de intercambio electrónico que sirve para adquirir productos y servicios. Pero esta moneda es descentralizada; es decir, que no existe una autoridad o ente de control que sea responsable de su emisión y registro de sus movimientos. Consiste en una clave criptográfica que se asocia a un monedero virtual, el cual recibe descuentos y pagos.
Para llevar el registro de todas las transacciones o intercambios monetarios que suceden dentro de Bitcoin, se utiliza una base de datos distribuida. Dicha base de datos almacena la información agrupada en bloques dispersos por la red y encadenados entre sí, formando una estructura de datos conocida bajo el nombre de Blockchain. Se suele describir el Blockchain como un libro contable digital, distribuido y a prueba de manipulaciones, en el que queda reflejado, de forma permanente y verificable, el historial de todas las transacciones de la criptomoneda.
Sin embargo, para que la moneda pueda existir es necesario el bitcoin mining o minado de Blockchain. La minería de bitcoins es el proceso por el que se ponen en circulación nuevos bitcoins, pero también es un componente crítico del mantenimiento y desarrollo del libro de contabilidad de la cadena de bloques. Se lleva a cabo utilizando computadoras muy sofisticadas que resuelven problemas matemáticos computacionales complejos. Todo esto es un proceso energético intenso que depende del uso de grandes cantidades de energía eléctrica generada a partir de combustibles fósiles.
Se estima que minar la moneda virtual y sus transacciones crea más contaminación que la que crea un país pequeño cada año. Compañías y proponentes del bitcoin se están comenzando a dar cuenta de los efectos ambientales del minado de criptomonedas. Elon Musk tuiteó recientemente que Tesla ya no aceptará el bitcoin como forma de pago y declaró que la criptomoneda ‘’… tiene un futuro prometedor, pero esto no puede ser a costa del medio ambiente’’.
El aumento en la demanda y el alza de precios de las criptomonedas ha llevado a mayores mineros a competir por el mercado, utilizando computadoras cada vez más poderosas, que a su vez necesitan mayor energía para operar. Según la Universidad de Cambridge y la Agencia Internacional de la Energía, el mining de bitcoin consume anualmente la misma cantidad de energía que los Países Bajos consumió en el 2019. Un estudio publicado en la revista científica Joule estima que la producción de bitcoin genera emisiones de carbono entre los niveles producidos por Jordania y Sri Lanka. Asimismo, la data de la Universidad de Cambridge muestra que los mineros chinos representan alrededor del 70% de la producción.
El dominio de los mineros chinos y la falta de motivación para cambiar los combustibles fósiles baratos por energías renovables más caras significa que hay pocas soluciones rápidas para el problema de las emisiones del bitcoin. Esto es una nueva barrera que las criptomonedas deberán superar si es que quieren integrarse al mercado mainstream.
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