Hugo Neira
¡¿Qué 2016?! Hanan / Hurin
Somos barrocos, unas 23 derechas que no dicen que lo son. Y otras tantas izquier
Hace una semana, el Premier en el Congreso y se esperaba lo peor. Como el Perú es el país de problema y posibilidad, nada de eso. ¿Qué pasó? En quechua suena precioso. Cutipana cuni ñinacuni. “Disputaron con paz y con razones”. Aunque hubo unos momentos de ira, pero no duró. Cateriano me pareció hombre de reflejos rápidos, cuando comenzaba a hacer agua la investidura, dado el tema de las «facultades delegadas», retomó la palabra y con mucho tino, dijo que eso, en efecto, tendría que volver a verse. Claro, no han pasado los idus de marzo, no acaban nunca en Lima.
No sé como vivió el amable lector esa comparencia, pero la verdad, al segundo o tercer congresista, salí volando a buscar un cuadernillo y lápiz en mano. Aprendí mucho. Varios congresistas aprovecharon la ocasión para pedir inversiones en sus regiones. No era el caso, sino la investidura. Pero, ¡qué de datos, de cifras, de situaciones! No sabía que en Puerto Maldonado habían sustituido los cultivos de coca por los de café. Y que los fondos para luchar contra el dengue en Piura y Tumbes los usaron para otras cosas. El de Junín dijo que la región central alimenta a Lima con 3800 toneladas, no recuerdo si por mes o semana, pese a las peores carreteras del Perú. No sigo, los congresistas hoy conocen la «problemática». Pero como dicen mis paisanos de Andahuaylas, falta la «solucionática».
Es complicada. El poder se lo disputan los hanan, los de arriba. Y los hurin, los de abajo. Pero aclaro, no es ricos contra pobres, sino ricos + pobres, o unos tipos especiales de pobres ascensionales. Y hurin lleva elites + masas, mezcladas, revueltas, inconcebiblemente juntas. El Perú no solo es heterogéneo sino entreverado.
Pasa que en estos días estuve revisando mis notas sobre José María Arguedas, sus novelas y sobre todo, ese terrible proceso que le hicieron, la mesa redonda, republicada por Guillermo Rochabrún. Y a eso voy. Creo que estamos en el polo opuesto al Perú de los 65. Entonces, el conflicto era entre un Perú occidentalizado muy pequeño y un punto de vista aborigen vasto y casi desconocido. Pero Arguedas sí sabía de ese mundo, y no lo veía tan supuestamente mágico y telúrico. Sus dudas giran en torno a Rendón Willka. Le preocupa. Un ya no indio. Rendón, el jefe local, grupal, palabras de Arguedas, ¿y qué hace? Se entiende con don Bruno! “Que pertenece a otro mundo”. Don Bruno es el chapado a la antigua, el hacendado brutal, distinto a don Fermín, el hermano. Estos personajes, todo peruano debería conocerlos, como los rusos los suyos, Tolstoi, Dostoievski y Gogol. Pero ya sabemos, en el Perú no hay cursos en secundaria de literatura. O sea, en las escuelas públicas los desculturizan. Entonces, Rendón el supuesto indio, de la manito con el peor de los dominadores. El más cínico, don Bruno. ¿Y qué caracteriza a este Willka? Arguedas lo dice a grandes voces: ¡Engaña a todos! (p. 49, en «¿He vivido en vano?») Clarito, ¿no?
¿Rendón? Nada de ponerse a la cabeza de una cholificación en la que Quijano confiaba, y Carlos Franco. Hoy está en el gran mercado, en el reparto de poderes dentro de un orden jerárquico inamovible y en la angurria por el oro, el botín, la falta de escrúpulos, que viene de conquistadores aliados a kurakas. Hanan, arriba, juntando a los don Bruno con los Willka. Tampoco son derecha. Es arriba mezclado con abajo. Y hurin va a ser abajo mezclado con arriba. Eso se puede en Perú. No hay derecha ni izquierda, así solitas, bien definidas, tal vez en Chile o en Colombia. Aquí somos barrocos, unas 23 derechas que no dicen que lo son. Y otras tantas izquierdas. Y ya verán las uniones mezcladazas que se vienen. Y no se olviden, hanan o hurin, son brazos del mismo cuerpo. A buen entendedor…
Por Hugo Neira
04 - May - 2015