¿Puede reposicionarse Pedro Castillo?

Todo indicaría que las condiciones se vienen acomodando a favor de la candidata Keiko Fujimori. Esa es, por lo menos, la sensación de las últimas dos semanas. Si Keiko ha podido subir en estos últimos días en las encuestas de manera rápida es porque tuvo la iniciativa, acondicionó el terreno y puso las reglas del juego de la batalla final. En política casi siempre uno disputa la hegemonía del terreno. Si uno alcanza a conquistar primero el terreno puede condicionar los resultados. 

Pedro Castillo cayó redondo en las reglas y las condiciones de la batalla política que dictó Keiko Fujimori (equipo de gobierno, asociación con el comunismo, los debates). Sus yerros fueron por este motivo, y el resultado es que la brecha entre ambos candidatos se acortó. No solo eso, Castillo empezó a descender.

Pero, ¿puede reposicionarse “Peter Castle”? Si, de hecho. Y hay tiempo de sobra para que lo haga. Keiko no ha ganado, y aunque todas las condiciones la favorecen, faltan tres largas semanas. Las elecciones son una guerra de trincheras diarias. ¿Por qué Castillo podría reposicionarse? ¿Cuáles serían esos puntos de apoyo para una “nueva ola” castillista? Veamos.

La avanzada keikista ha sido inteligente. La candidata hace lo suyo y muy bien. De otro lado, un sector de las clases medias han desarrollado una intensa campaña anticomunista que ha dado resultados. Pero el crecimiento naranja de los últimos días ha despertado el más acérrimo de los sentimientos antifujimoristas, ese que prefiere “los chilenos a Piérola”. Por tanto, este sería el primer punto. El antifujimorismo es una identidad potente que ha ganado sendas elecciones; no importa cómo, solo las ha ganado. Y punto. Aquí es que el antifujimorismo que viene de todos los lados del arco político se reunirá para apoyar a Castillo, así sea marxista, así sea comunista, así sea de Marte. Eso no interesa.

El otro punto de apoyo es que una campaña intensa del antifujimorismo podría contagiar a ese inmenso bolsón de indecisos (16%) y ese otro de los que sostienen que viciarán su voto (más del 18%). Entre ambos hay una suma de 34%, más de un tercio del electorado. Esa es la mira de la anticampaña antifujimorista que se asoma, y todo indica que no será un ventarrón sino un huracán en radio, televisión y redes sociales, sobre todo. 

Un tercer punto de apoyo son las propias carencias del candidato Castillo que pueden ser convertidas en una oportunidad. Un equipo “técnico” proveniente de la izquierda mendocista es altamente factible, así como una expulsión del propio Cerrón. No solo eso, muchísimos “técnicos” antifujimoristas y otros aventureros (y no precisamente de izquierda) pueden ofrecerse para la composición de un equipo altamente competente. Un Humala 2. 

Si bien, como dijimos líneas arriba, los vientos aún soplan a favor de Keiko, la candidata necesita amarrar para sí las reglas y las condiciones del terreno de la batalla política. En la guerra quien pierde la iniciativa casi nunca gana. Eso dicen los manuales. ¿Qué hacer? Muchas cosas, pero eso es harina de otro costal.