Berit Knudsen
Protestan los otros, protestan todos
La clase media es el verdadero motor de toda sociedad
Peruanos indignados se debaten entre la pobreza, la escasez y el hartazgo, protestando contra el desgobierno y la improvisación; 33 millones de compatriotas ven al país deambular sin rumbo comprensible, encaminado a una de las peores crisis de la era republicana. Es preciso buscar explicaciones, respuestas que deberíamos encontrar en los 25 millones de electores hábiles que fueron llamados a decidir ese futuro que hoy padecemos. Solo 57 de cada 100 peruanos emitió un voto válido en primera vuelta. ¿El motivo? Temores por la pandemia o ausencia de un candidato que los representara; así, menos de 11 de cada 100 electores apostó por Perú Libre.
En segunda vuelta, Perú Libre obtuvo la mitad de los votos válidos: 35 de cada 100 electores. La pregunta es, si Pedro Castillo tenía menos de 11%, ¿A quiénes representan los 24 puntos adicionales que lo llevaron a la presidencia? El voto antifujimorista es una realidad, acrecentado por las campañas de desprestigio de los grupos de izquierda. Estos podrían representar 8 puntos; pero aún quedaría por explicar el comportamiento del 16%. ¿Quiénes son?
Son los “otros” que reclamaban ser escuchados y encontraron en una propuesta extremista la alternativa, usando el voto para expresar su pedido de auxilio, para decir ¡basta! La pandemia había golpeado sus economías, mermando su capacidad adquisitiva, y pasaron a formar parte del grupo de los pobres. Son habitantes de zonas marginadas del Perú profundo, en situación de pobreza extrema. Son la población poco conocida o indefinida para el sentir de algunos demócratas, que protestan legítimamente por sus propios derechos, sin tomar en cuenta la pobreza y el abandono de las zonas alejadas.
Terminemos de una vez con el discurso polarizante que enfrenta a pobres contra ricos, llamando a las cosas por su nombre. El problema radica justamente en ignorar la existencia de la clase media, verdadero motor de toda sociedad. La riqueza de un país no se define por el número de ricos o pobres, se define por la cantidad de personas ubicadas en el centro, quienes hacen posible la creación y multiplicación de los mercados. Ellos son los emprendedores que promueven nuevas oportunidades, haciendo posible la movilidad social; son los “otros” excluidos en la nueva narrativa.
Sociológicamente, la clase media se define por sus propios reclamos: empleo estable, educación de calidad, acceso a la propiedad y derecho a esa propiedad garantizada para ellos y su descendencia. En términos económicos, son aquellos con ingresos per cápita no menores a 10 dólares diarios. Pero, cuanto más cercanos estén sus ingresos a ese límite inferior, mayor será la probabilidad de caer en estado de pobreza. Por ello lo que queda de la clase media, fundamento de la sociedad, luego de la pandemia y dos gobiernos corruptos consecutivos, siente los peligros de su frágil economía.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se refiere a dos grupos: pobres y no pobres. ¿Querría decir que si ganas S/ 1,100 mensuales, actual sueldo mínimo, ya no eres pobre? Entonces… ¿eres rico? El informe agrupa a trabajadores no asalariados (11%), asalariados (46%), independientes (39%) y empleadores (4%). Este esquema de ricos y pobres resulta insostenible.
Lo indiscutible es que la aceptación de Pedro Castillo va en caída libre, pasando de 42% a 19% en solo ocho meses. Estas cifras solo cuantifican el hartazgo de los peruanos, que se manifiesta en cada conflicto social que el gobierno no puede o no quiere solucionar. Pero ese es tema de otro análisis.
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