Iván Arenas
¿Programas sociales para la izquierda limeña?
A propósito del nombramiento de la ministra Liliana La Rosa
Todo indica que la única que ha ganado de manera clara con la composición del gabinete Villanueva ha sido la izquierda. ¿Por qué? Si bien la titular del Midis, Liliana La Rosa Huertas, renunció en enero pasado al Frente Amplio, el Gobierno de Vizcarra la ha colocado estratégicamente para evitar una confrontación con la izquierda, sobre todo con la izquierda limeña y caviar. Ahora bien, ¿puede significar el nombramiento de La Rosa Huerta una afrenta para el keikismo? Veamos.
Es una verdad del tamaño de una catedral que la izquierda caviar ha desarrollado una vocación estatal que empezó durante el paniaguato y se afianzó durante el gobierno humalista. En ese sentido, la izquierda caviar nunca pierde, porque de alguna manera la encontramos cercana siempre a los gobiernos de turno, colocándose en posiciones estratégicas. No obstante, durante el humalismo la izquierda caviar pasó a la ofensiva con el ánimo de vetar al aprismo y al fujimorismo. En contubernio con un sector de medios y periodistas, la izquierda caviar y el nadinismo desplegaron una estrategia para cercar a Alan García y tratar de judicializarlo. De allí la formación de la megacomisión, y que el Ministerio de Educación se haya convertido en la caja chica para desplegar la estrategia.
Sin embargo, en el efímero gobierno de PPK la izquierda limeña y caviar quiso desplegar el mismo software contra Keiko Fujimori. Se repitieron entonces las mismas estrategias. De pronto medios, periodistas y algunos fiscales intentaron arrinconar a Keiko; pero todo indica que han perdido la guerra y el keikismo sigue firme, no obstante de los arañazos.
¿Por qué explicamos todo lo anterior? Porque si la ministra La Rosa convierte su ministerio en caja chica del antikeikismo, entonces el Gobierno de Vizcarra tendrá serios problemas; y La Rosa se convertirá en la reedición del ministro Saavedra. Se suele decir que el Midis es un sector clave porque permite manejar políticamente los programas sociales. En cierto sentido, que la izquierda limeña tenga nuevamente dicho sector debe poner en alerta al keikismo y a la oposición entera, porque de alguna manera se podría sacar ventaja de esa posición. El humalismo, en su estrategia primigenia de que Nadine Heredia sucediera a Ollanta, pensó siempre en los programas sociales como centro de esa estrategia. En ese sentido, no era cosa menuda eso del Gobierno de la inclusión.
¿Fue un desatino de Vizcarra encomendar a La Rosa el Midis? Quizá, como decíamos líneas arriba, quiere curarse en salud y amenguar la influencia de la izquierda limeña. En todo caso, debería verse en el espejo de PPK. Si algún ministerio del nuevo Gobierno reedita el software de la exclusión, entonces deberá prepararse porque el keikismo tomará posiciones de guerra. ¡Y todo por un ministerio!
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