Darío Enríquez

¿Por qué Sunat no emite factura?

Debemos conocer cómo se usan nuestros impuestos

¿Por qué Sunat no emite factura?
Darío Enríquez
11 de febrero del 2020


Desde que aparecieron en escena, los recaudadores de impuestos no gozan precisamente de las simpatías de los contribuyentes. En registros bíblicos se les presenta como la personificación canallesca de la avaricia y la indolencia, mientras en la historia de Robin Hood son aquellos personajes a quienes Robin asalta para recuperar el dinero recaudado con violencia y devolverlo a los sufridos contribuyentes forzados.

Es que los impuestos son una imposición a ciudadanos, que cada vez tienen menos espacio para escapar de los tentáculos estatales. Una imposición violenta, que usa coerción y coacción, que el Estado “moderno” perpetra contra sus propios ciudadanos. Por eso es importante que sepamos qué es lo que el Estado hace con ese dinero, cómo es que lo aplica a diversos fines y cómo es que esos fines tienen justificación moral. De hecho, en países como los nuestros, los Estados actúan como ejércitos de ocupación que cobran cupos de guerra a ciudadanos sojuzgados, porque los impuestos tienen contraprestaciones precarias, ineficaces y a veces simplemente inexistentes.

Así, quisiéramos que la Sunat emita una factura anual a cada contribuyente, con el detalle (seguramente aproximado pero cierto) de cómo se usa ese dinero fruto de nuestra contribución forzada. Sabemos que no será posible. Por eso queremos proponer una suerte de modelo que permita proyectar la factura que corresponda a cada unidad familiar.

Este modelo tendría como punto inicial definir el perfil de la unidad familiar. Un caso puede ser de padre y madre con empleos en sector formal, viviendo en distritos centrales tradicionales, propietarios de su vivienda, con un hijo en la universidad y dos aún en escuela secundaria. El modelo se diseña considerando estos y otros datos como variables, parámetros, tablas, constantes, etc. Otro caso sería el de padre y madre sosteniendo una empresa familiar, con cuatro hijos aún todos en escuela primaria y secundaria, viviendo en un distrito periférico, tanto negocio como propiedad en situación semiformal. Un tercer caso, entre muchos, puede ser el de un empresario formal, de clase alta, cuya pareja se dedica a labores domésticas y actividades personales, contando ambos además con rentas patrimoniales diversas de sus respectivas fortunas familiares..

En esos tres casos, y en otros que el modelo sabrá perfilar, se debe estimar el ingreso bruto familiar. A partir de ello, registrar si hay pago formal de impuesto a la renta. También –aquí habría una estimación relativamente compleja– el gasto familiar que estaría afecto al IGV. Vamos a tomar el segundo caso para hacer un ejercicio simple. El modelo real sería mucho más complejo, incorporando presión tributaria municipal y otras disposiciones tributarias, además de contribuciones diversas que todo emprendedor debe sufrir, sobrellevar y resolver.

Imaginemos que tenemos el tablero de comando de nuestro modelo. El negocio familiar genera ingresos brutos de 500.000 soles anuales. Cumple con ciertas obligaciones de aquellas que se aplican a empresas semiformales, de modo que mensualmente paga al Estado S/ 2,500, lo que hace un total anual de S/ 30,000. El gasto familiar en bienes y servicios que están afectados por IGV, u otros impuestos o tasas que no puede eludir, asciende a S/ 7,500 mensuales (S/ 90,000 anuales), si asumimos 20% en impuestos, el Estado se lleva S/ 18,000. Tenemos entonces que Estado se lleva S/ 48,000 de ingreso familiar, menos de 10% de presión estatal. Sin embargo, si consideramos que ingresos netos de negocio son apenas 25% de ingresos brutos, la presión estatal se acerca al 40%.

Tomemos ahora como referencia el presupuesto nacional peruano en 2017 (porcentajes no difieren demasiado de 2020): Educación 18%, Gestión de Estado 13%, Previsión y protección social 13%, Transporte 10%, Salud 10%, Deuda 8%, Orden público y seguridad 7%, Defensa y seguridad nacional 3%, Otros 18%.

De ese modo, la factura que Sunat nunca emitirá (aunque debería) le diría a la familia del caso cómo se usa su dinero. Se trata de una pareja con negocio familiar y cuatro hijos en colegio, viviendo en una zona periférica, con un nivel de vida mediano en el que apenas pueden ahorrar. Vamos a relatar esa factura:

“Querida familia contribuyente, estamos felices de informar que hemos recibido en arcas estatales un monto de S/ 48,000 que corresponde al enorme esfuerzo que día a día ustedes despliegan en su negocio familiar. Ese dinero ha sido usado sabiamente de este modo, a escala anual: 

  • 8,640 soles para pagar la educación de otros niños que usan servicios educativos estatales porque sabemos que los suyos estudian en un colegio particular
  • 6,240 soles para sostener la gestión del Estado, de los cuales casi S/ 6,000 se gasta en Ejecutivo y la exorbitante suma de 31.2 (0.05%) se gasta en Congreso, mientras publicidad estatal en medios se lleva 312 (10 veces gasto de Legislativo)
  • 6,240 soles para previsión y protección social, aunque ustedes, debido a que pagan tantos impuestos, no puede ahorrar para su propia jubilación y tampoco califican para ayuda social. Agradecemos su desprendimiento y solidaridad
  • 4,800 soles para salud, aunque ustedes no usan servicios médicos estatales por razones obvias, lo que entendemos. Solo cuídense y no caigan enfermos porque no podremos ayudarle
  • 3,840 soles para pagar deuda estatal. No se preocupe, en un par de años este monto se habrá duplicado y si en algo le consuela, sus hijos cuando adultos seguirán pagando esa deuda cumpliendo con su sagrada obligación ciudadana
  • 3.360 soles para orden y seguridad pública. Sabemos que usted ha tenido que invertir en un sistema de seguridad en su negocio y en su casa, incluso con otros comerciantes de la zona contratan seguridad privada. No insista, es imposible exonerarlo de este pago, porque de otro modo cómo mantendríamos el orden y seguridad pública de quienes no pueden pagarse su propia seguridad privada”

¿Se anima a colaborar en el diseño de este modelo? Tal vez un grupo de amigos en un novísimo think-tank emprendan este proyecto académico tecnológico ¿Le gustaría saber cuánto de su esfuerzo cotidiano sostiene rubro por rubro de ejecución presupuestal estatal? ¿Qué le parece, estimado lector?

Darío Enríquez
11 de febrero del 2020

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