Hugo Neira
Por casa, bien. Pero en el exterior, ¡nos están haciendo leña!
La prensa internacional y su versión del relevo presidencial peruano
De modo que el presidente renuncia. Luego, llega de Canadá el vicepresidente que lo reemplaza. Entonces, ¿qué pasó? Supongo que Lima debe estar devastada, el Apocalipsis después de PPK. “…Y los ricos, los poderosos y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas… (San Juan, 6:15); y los siete ángeles que tenían siete trompetas, las tocaron… (8:6) y llovió granizo y fuego mezclado” (8:7). ¿Nada de esto pasó? Pero era lo que se esperaba. En fin, sigo en el extranjero, y no es difícil estar al día. Pero confieso que me inquietó la amenaza de PPK de retirar su carta de renuncia. “Traición a la patria”, se pasaron. Tuvo razón el expresidente de encabritarse. Hay que saber tener, en la victoria, modestia. Menos mal que retiraron el parrafito de marras. Lindo pretexto, “era solo un borrador”.
¿Lo de mi opinión? Ya la conocen. No he parado de decir lo mismo en esta columna desde hace rato. Y en televisión, en ATV, con Beto Ortiz. “Si lo vacan, pues para eso están los vicepresidentes”. Así de sencillo. Sobre la sucesión de Vizcarra, “es provinciano y no tiene empresas” (El Montonero, 19.03.18). Me parecen dos virtudes. Cierta inclinación personal al realismo, por una parte, y por la otra, las disciplinas de la historia y las ciencias sociales me inclinan a ver las cosas como son. Pero eso no nos gusta mucho, ¿no? Nos encanta el peloteo, la opinión enredada, barrocos más que objetivos. O como alguien dijo, bizantinos. Pero eso ya fue. ¡Uf!
La verdad, en las últimas semanas, seguir los medios, escuchar las cosas que se han dicho, tan irreales y caprichosas, me dejaba la impresión de que el mínimo sentido común se había desvanecido. Me ha impresionado escuchar a un ministro inteligente decir, muy convencido, que era un suicidio la sucesión presidencial con Vizcarra. El suicidio era que dijera no acepto. En qué lío estaríamos ahora. Es curioso, el director de este diario virtual y yo hemos usado, cada uno por su cuenta, la metáfora del abismo. Me ha asombrado también escuchar a la muy respetable Meche Aráoz, hablando del “golpe de Estado parlamentario”. Eso no existe, Meche. Los parlamentos no dan golpes, los reciben. Acuérdate de Alberto: “He dicho disolver, disolver”.
Los amigos que me escriben me dicen que todo está normal, que ha desaparecido la zozobra. Pero tengo algo que contarles. No es una mala noticia, pero se le parece. La prensa extranjera, en castellano, en España y también en Chile, nos está haciendo leña. ¿Saben qué publica el importante diario madrileño El País? No lo van a creer. “La guerra interna de los hermanos Fujimori acaba con el presidente a dos semanas de la Cumbre de las Américas”. ¡Y es portada! (22.03.18) Quien firma esa nota, que dice algo cierto para tapar el resto, es Jacqueline Fowks, que nos la tiene jurada. En la televisión chilena, en CNN local, todo se explica por dos bandos japoneses, enfrentados. Ni una palabra sobre Odebrecht.
En la segunda página del mismo diario, cede un poco a lo real y escribe, “un caso de compra de votos fuerza la dimisión de Kuczynski” (Fowks). En Santiago, el titular de La Tercera es la siguiente: “La dimisión de PPK ahonda la crisis”. A cinco columnas. ¡Es al revés! No ahonda, la resuelve. ¿Periodistas? Hacen el papel de los troles, cuyos comentarios son incompletos deliberadamente. Tienen sus “conexiones” en Lima. Y seguro les dan la pauta. La prueba: rara vez se menciona la Unidad de Investigación Financiera y los US$ 3 millones de Odebrecht vía First Capital y Westfield. Todo recae en el duelo Keiko-Kenji. ¡Eso viene de Lima!
La prensa europea es lo contrario. Lo cuenta todo. Acabo de ver las noticias del Perú en la AFP (Agencia Francesa de Prensa): “Pérou: après la démission de Kuczynski, le vice-président prend la relève. Traducción: Perú, después de la dimisión de Kuczynski, el vicepresidente toma el relevo. Y de Martín Vizcarra: “un ingeniero austero, sin compromiso con los partidos políticos tradicionales, debe suceder este viernes a la cabeza del Perú a un PPK que ha dimitido bajo un clima de escándalo y corrupción”. Santiago y Madrid. Me pregunto, ¿no tenemos en esas dos capitales embajada y agregados de prensa o cultura? Por lo visto, a esos bien rentados funcionarios no se les ocurre mandar una cartita, por supuesto educada, a esos medios de prensa.
Siento que se avecina un tiempo distinto. Un congresista, que se llama Moisés Mamani, y que además es un hombre de negocios, le ha dado vuelta y media al ministro Giuffra. A este lo escuché en el último CADE. Es hombre inteligente, buen ministro, pero sinceramente ¡qué ingenuo! En esta época en que te chuponean, ¡ponerse a hablar hasta por los codos! Algo está pasando. Un Mamani se tumba a un Giuffra. Y anteriormente, a los poderosos Graña y Montero, un juez llamado Concepción Carhuancho. De paso, no me alegro de ninguna prisión. No sé odiar.
Este es otro país. ¡Y Barnechea quiere ser presidente! ¿Un hombre alto, blanco, culto, con ya sus años? Alfredo, deja de soñar. ¿Y sabes qué? Para Acción Popular, me parece mucho más adecuado Vitocho que tu ilustre persona. Así son las cosas, compadre. Esta es otra época. Con el presidente Vizcarra es probable que surjan otras elites, más mesocráticas, más sencillas, más realistas. Más serenas, más honestas. Aquí se está enterrando a varias generaciones de políticos. No han entendido que Fuerza Popular es uno de los signos de renovación de rostros, apellidos y perfiles. Incluyendo el fujimorismo, el del padre. Vendrán otros colores, otras figuras.