Iván Arenas
Los sectores populares construyen su propio anti establishment
El desafío consiste en interpretar políticamente su razonamiento
No obstante las múltiples y casi insalvables diferencias entre Kast, Milei y Bukele, de alguna manera el único cordón umbilical entre los referidos líderes es que han sido votados por una mayoría en los sectores populares y representan, de manera nítida, una respuesta clara al establishment político, económico y cultural de sus países.
En el caso del Perú, es claro que en las elecciones presidenciales pasadas una parte importante de los sectores populares apoyaron a Pedro Castillo, que en ese momento se convirtió en la opción anti establishment frente al establishment fujimorista, que representó a los sectores limeños, empresariales y mediáticos, como se le identificó. Vale recordar que en su día el propio Alberto Fujimori representó al anti establishment frente al establishment liderado por Vargas Llosa. La historia es harto conocida, al punto que en su momento el fujimorismo representó por casi una década a los sectores populares, una idea que parece haberse alejado de la tienda fujimorista.
¿A qué voy con todo esto? A que toda opción anti establishment siempre tendrá las cartas del éxito a su favor, ya sea de izquierda o de derecha, como se suele identificar desde 1789, solo si representa a los sectores populares. En otras palabras, son los sectores populares, las demandas y razonamiento de estos, los que construyen el anti establishment.
De allí entonces que en el Perú no habrá nunca un Bukele, Milei o Kast. Entre otras razones, porque el mundo popular peruano tiene su propia sociología, sus propias instituciones populares (familia, mercados populares, etc) que se emparentan con un conservadurismo emergente, plebeyo y popular.
Por si alguien olvida, Pedro Castillo anunciaba su candidatura a la presidencia como abanderado de la familia, con su oposición al aborto de cualquier tipo y su rechazo a la legalización de las drogas. El desafío entonces consiste en representar a los sectores populares, a interpretar políticamente su razonamiento, sus demandas y sus aspiraciones. Allí está el éxito de cualquier proyecto electoral peruano.
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