Martín Taype
Los problemas del sistema de pensiones
Aportantes están desilusionados con el manejo de los fondos
La problemática del sistema de pensiones en el mundo es un tema que desde hace décadas es motivo de mucha polémica, preocupación y desilusión en muchos países del mundo, entre ellos el Perú. Actualmente, los dos sistemas previsionales más importantes en el Perú son la Oficina de Normalización Previsional (ONP) y las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). En 2021, alrededor de un 18.2% de la Población Económicamente Activa (PEA) aportó a una AFP, mientras que un 8.3% aportó a la ONP. Estos resultados evidencian que solo uno de cada cuatro trabajadores aporta para su jubilación; por lo tanto, una gran cantidad de personas llegará a la vejez sin una fuente de ingresos previsional.
La decisión de participar o no en el sistema previsional está estrechamente relacionada con el nivel de ingresos. En 2021, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), alrededor del 86.7% de trabajadores que pertenecen al primer quintil de ingresos (el 20% de trabajadores con ingresos más bajos de la población) no estaba afiliado a ningún sistema de pensiones. Es decir, el sistema tiene problemas estructurales que lo hacen poco atractivo para un gran sector de la Población económicamente activa (PEA).
Esta baja participación está asociada, por un lado, con factores estructurales del mercado laboral. El 76.8% de la PEA tiene un trabajo informal, el cual se caracteriza por ser de bajos ingresos. Ante este escenario, es poco rentable para muchos trabajadores aportar a un sistema de pensiones. Por otro lado, el 37.8% de trabajadores es independiente y, por normativa, no están obligados a participar en el sistema. En ese sentido, se debe mejorar la oferta del sistema de pensiones peruano para adecuarlo a las necesidades del mercado laboral.
Estos resultados son muy preocupantes. En el Perú la edad de jubilación es de 65 años, esté afiliado en la Oficina de Normalización Previsional (ONP) o en las administradoras de fondos de pensiones (AFP). En el caso de la ONP se le descuenta mensualmente un 13% de su sueldo, y en el caso de las AFP se le descuenta mensualmente aproximadamente también un 13% de su sueldo. De ese monto, 1.74% corresponde a una prima de seguros, un porcentaje variable de entre 1.55% y 1.69% corresponde a la comisión de la AFP y el 10% va a una cuenta individual del afiliado, que es administrada por las AFP a efectos de generar rentabilidad. Pero en la práctica no satisface las expectativas, para que cuando el afiliado alcance la edad de jubilación indicada pueda recibir una pensión de jubilación digna en base al dinero que haya acumulado durante su vida laboral.
Si bien últimamente, a raíz de la pandemia, se ha flexibilizado el tema de la jubilación, tanto en las AFP como en la ONP, aún no satisfacen las expectativas de los afiliados. Ni la jubilación anticipada en las AFP ni la disminución de los años de aportes en la ONP, garantizan una pensión digna. En tal sentido, propongo fortalecer el programa social destinado a los adultos mayores (Pensión 65) que se encuentran completamente desprotegidos y que no cuentan con un sistema de jubilación (este programa debe ser de pago mensual y cuidadosamente administrado a fin de que exclusiva y realmente llegue a quienes lo necesitan). En cuanto a los afiliados a las AFP y ONP, es indispensable un planteamiento técnico sobre el manejo y destino de sus fondos, con la participación de las partes involucradas –el Gobierno, las AFP, la ONP y los aportantes–, a fin de encontrar una solución consensuada al más breve plazo.
Los aportantes estamos desilusionados con el manejo de nuestros fondos. Las AFP nunca pierden, a diferencia de los aportantes que vemos como se pulverizan nuestros fondos. ¡Defendamos la intangibilidad del dinero de los aportantes!
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