Jorge Varela
Lenin inserto en el Gobierno
La influencia materialista-dialéctica
Son tantos los artículos en los que se aborda al gramcismo como corriente nutritiva del grupo gobernante chileno más radical, que muchos ignoran el origen de las ideas medulares que lo sustentan. Ideas provenientes de ese ancho y gran caudal leninista al que recurren determinados políticos que no tienen más alternativa que bañarse en aguas contaminadas de autoritarismo; varios de los cuales preferirían no ser vistos tiritando desnudos.
¿De dicho caudal deriva la inspiración para esa frase: “no puedes ir más rápido que tu gente,“pretender ser un adelantado a tu tiempo es una forma elegante de estar equivocado”? (Gabriel Boric en su noche triste, cuando analizó el contundente rechazo ciudadano al proyecto de Constitución que él propulsara. Entrevista CNN, 26 de septiembre de 2022).
Lenin señalaba que la tarea general electoral era “despertar e ilustrar políticamente a vastas y atrasadas masas” a las que hubiera sido utópico pretender abarcar a través de la agitación típica de la socialdemocracia europea.
Praxis marxista-leninista
En opinión de Díaz Varela, es llamativo el ‘uso’ minucioso, casi filológico por su precisión, que efectúa Lenin de las enseñanzas teórico-prácticas de Engels y Marx entre 1847 y 1851 –durante la ola de revoluciones burguesas europeas que estallaron en 1848–, cuando comienza a reflexionar en 1905 sobre la práctica electoral revolucionaria, sobre la praxis marxista en condiciones naturales del dominio capitalista. Para Lenin “las elecciones burguesas, en cuanto posibilidad de ‘crisis política’, es la fuente, de todo movimiento revolucionario” (Díaz Varela, “Lenin y la política electoral”. Revista VientoSur, 9 de enero de 2017).
A juicio de este pensador marxista argentino, la participación constitucional en la Duma diseñada por el zarismo tenía para Lenin un objetivo final claro: descubrir las “ilusiones constitucionalistas” y develar lo que denominaba los “ejercicios escolares del parlamentarismo”.
Agitación política al modo leninista
Las ‘luchas constitucionalistas interburguesas’, a las que Lenin denominaba ‘labor destructiva inconsciente’, eran un campo difícil de valorar para la ilustración incesante de la clase, tanto en cuanto a sus objetivos socialistas como en lo referente a la exhibición de la contradicción de sus intereses. Pero, ¿cuál es entonces el valor de la táctica electoral? Debe ser siempre –remarca Lenin– la de extender e intensificar la “agitación política”.
“Para ampliar esta agitación política, Lenin cree en la conveniencia de ‘acuerdos provisionales’, alianzas parlamentarias, con grupos del ala de la democracia burguesa revolucionaria, cuyo objetivo no es otro que romper todo frente popular burgués, generar crisis de elites, sin perder la valiosa autonomía e independencia de clase”. (artículo citado). Al respecto, es interesante constatar cómo el Gobierno de Boric está obteniendo un éxito relativo en la generación de crisis de elites: obsérvese el proceso de divergencia ideológica-estratégica y la fractura creciente entre sectores políticos y empresariales de derecha.
El Parlamento: un apeadero liberal
Lenin definió en 1906, al Parlamento burgués como una institución jurídica y un órgano que expresa la voluntad de determinados elementos de la burguesía: como “la forma principal de dominación de las clases y fuerzas gobernantes”. Es la burguesía la que decide qué formas de lucha política son válidas para hacer eficaz y universal su propia hegemonía. Lenin subrayó que toda lucha parlamentaria es un mecanismo sofisticado “de anular todo modo revolucionario de resolver problemas histórico-sociales”.
Por eso –sostiene Díaz Varela– Lenin copió al Marx demócrata revolucionario de 1848 al hacer suya la idea que toda democracia parlamentaria burguesa tiene una significación altamente traidora. Lenin se anima incluso con una metáfora: la lucha parlamentaria es solo una pequeña etapa, una estación ferroviaria menor, un apeadero liberal en el camino de la constitución (construcción) de la revolución, por lo que puede servir indirectamente al desarrollo de esa lucha”.
En aquella época Lenin era un socialdemócrata revolucionario germanizado que tenía muchas coincidencias con el teórico checo Karl Kautsky no solo en cuanto al proceso revolucionario, en cuanto a la teoría del imperialismo, sino también en el tema del parlamentarismo. Incluso lo cita al sostener que resulta indispensable para una praxis revolucionaria “analizar las condiciones histórico-concretas para toda lucha parlamentaria. Recordemos que la democratización total de las instituciones parlamentarias, junto con la abolición de la policía, el ejército y la burocracia (verdadera nobleza moderna del Estado), eran parte del programa mínimo del SPD alemán que Kautsky suscribía, poniendo como ejemplo histórico-concreto a la Commune de París”. Kautsky –Lenin lo seguía en esto– repetía una y otra vez que “el Parlamento será siempre el umbral de toda actividad política”.
La utilización táctica del Parlamento
El uso táctico del Parlamento burgués no significa para Lenin un “fundirse-diluirse”, ni desaparecer en la degradación del “Parlatorio”(sic) en el cual “se charla acerca de la libertad, se decreta la libertad pero no se toman medidas efectivas para eliminar los organismos de poder que destruyen la libertad. De ninguna manera, para Lenin, puede utilizarse el mecanismo parlamentario siendo simultáneamente una organización política “independiente, unánime, cohesionada. Incluso se puede convertir, en situaciones de reflujo o de contra-revolución, en el principal centro de agitación” (Díaz Varela, artículo citado).
En el caso de Chile, después que el fuego de la revuelta de octubre de 2019 dejara carbones encendidos y cenizas sin apagar, y de que la derrota de septiembre de 2022 derrumbara los ímpetus refundacionales de Apruebo Dignidad y de un sector del Socialismo Democrático, ¿es ineludible reorientar el esquema estratégico-táctico que algunos negociadores del Gobierno de Boric han aplicado en sus tratativas con legisladores de la oposición de derecha y centro-derecha? ¿Qué ocurriría si se persistiera en echar leña al fogón de la conflictividad?
La base materialista-dialéctica de la lucha parlamentaria
De acuerdo con Lenin “toda lucha parlamentaria debe resolverse sobre la base materialista-dialéctica de un análisis minucioso de todas las condiciones políticas del momento, debe usarse la lucha parlamentaria, así como sus conflictos internos y sus choques con el gobierno de turno, para combatir los elementos reaccionarios, prestando especial atención a los componentes democráticos revolucionarios liberales como el de apoyar a quienes en sus actos respondan o coincidan con los intereses del proletariado” (artículo “Lenin y la política electoral”. Revista VientoSur, 9 de enero de 2017)
¿Por este sendero desafiante proseguirá su marcha el oficialismo, a la espera de un escenario que pudiera serle favorable? ¿Qué sentido tendría la incorporación como ministro del socialista Álvaro Elizalde en un esquema táctico como el descrito?
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