Gustavo Rodríguez García
La partida
Acerca del próximo relevo del alcalde y los mayores problemas de Lima
El pasado 1 de diciembre, Luis Castañeda Lossio recibió sus credenciales como alcalde de Lima. A estas alturas del partido, conviene poner en evidencia algunos de los grandes retos que deberán ser afrontados sin titubeos. Dos de esos retos son asumir el liderazgo en la lucha por la seguridad ciudadana en aquello que le pueda corresponder al alcalde y, no menos importante, continuar con la reforma del transporte.
El alcalde Castañeda ha declarado en medios de comunicación que revisará lo avanzado y no está mal que se revisen las cosas. Sin embargo, creemos que en el caso específico de la reforma del transporte, es importante que cualquier correctivo sea implementado para dar un paso adelante y no para deshacer lo que pueda parecer políticamente incorrecto. La ciudad necesita de una reforma del transporte y necesita, en particular, de una Lima sin combis y con medios de transporte público masivos de calidad.
Asimismo, el alcalde deberá poner toda su atención en sacar adelante aquellas obras esperadas por la población tales como la Costa Verde –que parece increíble la falta de manejo de la gestión Villarán para cerrar vías ante el inminente inicio de la época de playas- o la vía que conectará La Molina con Surco y otros distritos vía el Cerro Centinela. A veces me pregunto si los funcionarios ediles sufren realmente el tráfico que sufrimos todos los limeños porque, si es que acaso existe algún consenso respecto de algo, es que el tráfico de Lima requiere soluciones innovadoras.
No hay excusa presupuestal que valga cuando se habla del metro, pistas elevadas y otras soluciones, dado el altísimo costo que importa no tener esas obras. En donde corresponda, será necesario implementar peajes que, aunque a un grupo de personas les parezca injusto, es necesario como mecanismo “racionalizador” del uso de la vía. Algunos pensarán “¿Por qué pagar por aquello que hoy es gratis?”. La respuesta, no obstante, es que el uso de las vías no es gratis. Es un error creer que la falta de un peaje representa gratuidad allí donde el tiempo y la molestia son costos derivados del caos vehicular.
Ojalá que la partida de la gestión Villarán de lugar al inicio de una gestión que pragmáticamente entienda las necesidades de la ciudad.
Por Gustavo Rodríguez García
08 - dic - 2014
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