Paul Neira
La “opción en línea” o el reto que se nos viene
¿Por qué nos cuesta tanto ser innovadores en educación?
¿Por qué nos cuesta tanto ser innovadores en educación?
El día 27 de abril sucedió un hecho inverosímil. La Universidad de Purdue, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, anunció la compra de Kaplan University. Eso no sería noticia alguna si la última fuera una universidad regular; todo lo contrario, porque es una universidad 100% virtual con 32,000 estudiantes repartidos a lo largo y ancho del país del norte. Adicionalmente, todos ellos trabajadores adultos y estudiantes no tradicionales.
Hagamos un poco de historia y recordemos que la educación a distancia (no presencial) como concepto es una realidad desde hace décadas. En los años setenta, encumbrados ingenieros que luego ocuparon rutilantes cargos de gestión en importantes universidades peruanas estudiaron sus grados de máster a distancia. Sí, como se lee. Usaron el servicio postal peruano para hacer sus estudios al ritmo del cartero. Pero reconozcámoslo, en su momento fue considerada una opción invalida e ilegítima. Es decir, de menor nivel.
Luego entraron en la escena las open universities, muchas de las cuales aún funcionan. Ellas dieron paso a las universidades virtuales norteamericanas. Pero estas de verdad lucharon e invirtieron muchos recursos en marketing para "limpiar" su imagen de ser menor nivel. Lo increíble y aún más fascinante es que quien las validó no fueron ellas. La lavada de cara provino de un inusitado y privilegiado lugar: las universidades más prestigiosas del mundo. Para muestra un botón: Harvard, Columbia, Princeton, Stanford, Oxford.
En el 2012 estas universidades decidieron lanzar los famosos MOOC en sendas plataformas digitales. Mediante una app lograron quebrar un paradigma y construir uno nuevo: la renovada educación digital. Tan posicionados están dichos cursos que hoy en cualquier CV se encuentra la declaración de dichos estudios a la distancia de la palma de la mano. Todo eso en tan solo cuatro o cinco años.
Hoy toda universidad que se precie de serlo tiene su curso MOOC en línea. La historia cambió para siempre. Pero creo que la compra de Kaplan, por parte de Purdue, podría ser literalmente, un game changer gigantesco. Es decir, una universidad seria y prestigiosa (según el Academic Ranking of World Universities del 2016 ocupa el puesto 63 del mundo) compra una universidad digital, sin ningún salón de clases y estudiantes poco tradicionales.
Aterrizaje en nuestra realidad peruana
En el caso del Perú la situación antes descrita es imposible. Por dos razones: no tenemos ninguna universidad 100% virtual porque la ley permite que para los estudios de pregrado solo se puede dar en un 50%; mientras que para el postgrado amplía el porcentaje, pero en una clara desventaja con casos como Colombia que, permite más del 80% de virtualidad. Pero la segunda razón, va más por la percepción que "simplemente" sería vista como una educación de menor calidad. O sea, un premio consuelo.
Algunas preguntas me hago luego de ver estas "movidas" y progresos en el mundo de la educación superior internacional: ¿por qué será que nos cuesta tanto ser innovadores en educación en el Perú?, ¿vamos a subirnos a la ola digital de la educación cuando ya otros países nos hayan sacado ventaja siderales e imposibles de alcanzar por la misma dinámica del cambio?, ¿cuántas oportunidades estamos perdiendo de formar al talento peruano que desarrolle nuestro país por no tener una visión más abierta y dialogante con el cambio? Y la pregunta final es ¿por qué estamos de acuerdo con un banco digital y un gobierno digital, pero no validamos ni permitimos una formación educativa superior digital?
Paul Neira Del Ben
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