Manuel Bernales Alvarado
La mundialización y Paolo Guerrero
La mundialización y Paolo Guerrero
El título abrevia temas: mundialización/globalización —algunos colegas insisten en diferenciarlas— de las inversiones del mayor deporte-espectáculo de un siglo-espectáculo. Opiniones dominantes sobre la sanción impuesta a Paolo Guerrero, quien sustituyó a Claudio Pizarro en la esperanza y liderazgo que tuvo. Y versiones que se mueven en escenarios locales sin asumir realidades glocales; es decir, globales y a la vez locales.
El mercado del fútbol ha crecido en todo el mundo y también en el Perú. Cada vez más jugadores son contratados en el exterior. Hay empresas extranjeras, clubes, que seleccionan, envían, educan, entrenan y harán jugar a jóvenes valores peruanos —todavía desconocidos— de Lima y del interior del país, en Italia u otro escenario. Podrán completar sus estudios, serán profesionales de corta duración; alguno podría alcanzar estrellato local o internacional, otro será vendido o transferido. Tal vez haya quien protagonice mala conducta o algo peor, Sus familias rezarán para recibir remesas o viajar a verlos. Los menos probablemente adquieran otra nacionalidad; pero de la mayoría no se volverá a saber nada, porque el mercado futbolero y el de las stars (estrellas de cine) son muy similares.
Espero no abusar del ensayo de Edgar Morin de 1957: “Las estrellas: mito y seducción del cine”. Fréderic Debuyst, maestro, amigo y luego colega en la UCA (Managua) lo introdujo en 1963. El estrellato tiende a ser efímero, salvo excepciones que confirman la regla, como las diosas del celuloide y los ídolos de la pelota. Copio una cita de internet: “La star es una diosa. El público la ha consagrado. Pero el star system la ha preparado, moldeado, fabricado y propuesto. Es cierto que la star responde a una necesidad afectiva o mítica del ser humano, pero este deseo no encontraría sus formas y sus soportes sin la existencia de una maquinaria comercial”.
Paolo fue sancionado porque le encontraron rastros de una sustancia prohibida. Hizo un justo reclamo y le redujeron la pena. Surgió otra demanda de la entidad mundial o global contra el dopaje. Destino incierto. Un entrevistado en TV popular con pergaminos legales expresó que saldría victorioso. Otros especialistas dicen que no. Unos y otros tienen algo en común y es comprensible: Paolo debe ser reconocido inocente para que pueda jugar en el mundial, cosa que deseo sincera y vehementemente.
Pero hay que saber que así como hay ONU, OEA, CIDH, Corte Penal Internacional, instancias para resolver querellas entre empresas inversionistas y los Estados, (¿Chinchero se viene?) también, además de la FIFA, está la World Anti Doping Agency (WADA), entidad antidopaje en el atletismo y el deporte; especialmente en el olimpismo, lo que se evidencia en conocidas sanciones contra estrellas del atletismo ruso, que es una potencia mundial (y el Perú no). También hay una Convención Internacional sobre la materia que el Comité Olímpico Internacional y la UNESCO procuran que se cumpla.
UNESCO, agencia especializada en educación, ciencia y cultura del sistema de las Naciones Unidas, ha definido, con el voto favorable del Gobierno estadounidense —mientras era miembro de esa agencia—, al igual que el voto positivo de Rusia y del Perú, una política mundial para llevar adelante esa Convención y otras medidas de educación, cultura, y abogacía de buenas prácticas para su implementación: http://www.unesco.org/new/es/social-and-human-sciences/themes/anti-doping/unesco-and-wada/
Esto no es nuevo, tiene ya varios quinquenios. Aunque no nos interese la globalización, la mundialización sí se interesa en nosotros. Hasta hoy no se habían alcanzado las fuentes arriba citadas. Veámoslas con ánimo de verdad y no solo con buenos deseos o ilusiones.
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