Raúl Mendoza Cánepa

La memoria y la ética

La memoria y la ética
Raúl Mendoza Cánepa
16 de marzo del 2016

Elecciones nacionales sin propuestas                          

Una contienda electoral debe valerse de las ideas como oferta básica. Sin embargo, en el Perú (no diré de los últimos años, pues es una práctica republicana) lo que ha prevalecido es el antagonismo antes que la escucha y daca de propuestas. Los “anti” han sido el eje de la vida política desde la lucha de los caudillos en los campos de batalla desde mediados del siglo XIX. En el siglo XXI la reacción no llega a los sables, pero se expresa en pedradas e injurias, en apanados virtuales y violencia real. Eso lo debemos detener. El juicio ciudadano debe quedar patente solo en las ánforas.

No se trata de entrar en plan de crítico o corifeo del moralismo, sino en hacerle entender a los políticos víctimas de esta violencia que en el Perú actual la memoria es un poderoso factor de reacción civil. La memoria se ha implantado como un vector de la cultura ciudadana desde el post fujimorismo. Las investigaciones sucesivas y el descubrimiento de una entraña corrupta liderada por Vladimiro Montesinos abrieron grietas irreparables entre un sector de la ciudadanía y el fujimorismo y sus sucedáneos. Los esfuerzos de Keiko Fujimori por replantear la propuesta inicial del fujimorismo fue tardía, careció de timing y este es un factor de credibilidad. Lo inteligente hubiera sido reformularse cuando no había lid electoral y, por tanto, cuando no era rentable. Incluso, interesante hubiera sido reformarse sacrificando parte de su núcleo duro, pues la honestidad política se basa en el desprendimiento y la cesión.

La cultura de la memoria es un legado post fujimorista, supone centrarse en los pasivos esenciales: la violación de derechos humanos y la red corrupta , al margen de los logros importantes, entre ellos el equilibrio macroeconómico y la derrota de la cúpula del terror. La memoria civil es crítica y selectiva, porque su sustancia es la corrección política, no los resultados de gestión. La conciencia crítica es inmaterial y es posible que el humalismo (de probarse determinados hechos) entre al club de los inelegibles de la memoria en unos años.

Alan García, vapuleado en las encuestas, se encuentra en la más seria de sus encrucijadas. No es poca cosa. Si bien se le atribuye una de las peores gestiones de la historia en su primer gobierno, sería de ciegos no reconocer que su segundo gobierno no solo confrontó exitosamente con las crisis internacionales sino que logró los más altos indicadores económicos y sociales desde los años 90. Pero, la memoria cívica es ética y no práctica, por lo que García paga los pasivos de la corrupción de su gobierno y de las sospechas que se ciernen sobre su gestión.

En política la percepción es todo ¿Importan los resultados? Sí, pero los anticuerpos que la memoria gesta son más poderosos y tienen por objeto la sanción ética ¿Esto es bueno? ¿Es malo? Cada elector tiene la respuesta, pero bien les vendrá en el futuro a todos  los políticos esta severa lección: para gobernar no son suficientes los resultados prácticos, se requiere una voluntad firme, enérgica, para que gobernar no sea solo vencer a la inflación, crecer o desarrollar, sino alcanzar los estándares más altos de decencia y de docencia moral.

Raúl Mendoza Cánepa

Raúl Mendoza Cánepa
16 de marzo del 2016

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