Manuel Gago
La libertad llegó con Mijail Gorbachov
Líder soviético rompió con el fracasado modelo socialista
Poco después de asumir el cargo de Secretario General del Comité Central del Partido Comunista y la presidencia de la Unión Soviética, siendo el más joven de sus antecesores, Mijail Gorbachov decidió romper con el pasado. Perestroika (reestructuración) y glasnost (transparencia) propuso para rescatar y darle viabilidad a Rusia y a los países de la llamada Cortina de Hierro.
Valientemente encaró el desastre económico y social heredado. El modelo socialista había fracasado. Lo sabían él, los miembros del buró político y los pobladores de Hungría, Polonia, Yugoslavia, Rumanía, Bulgaria, República Democrática Alemana y Checoslovaquia, países de la otrora Europa Oriental, satélites de Rusia poco después de la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, el proceso de transformación generó simpatizantes y detractores. En esos días previos a la caída del muro de Berlín (9 noviembre de 1989), múltiples manifestaciones libertarias encendían la pradera, dominada por los desalentados comisarios socialistas. Después de tantos años de control policial, de ideología y de culto a la personalidad, la pobreza, sinónimo de hambre, se mantenía visiblemente grosera.
Gorbachov señala en su libro Perestroika –el más vendido y traducido en la Europa de esos días– la necesidad de modernizar el Estado. Consciente de la tarea de detener la falta de alimentos y otros bienes, así como de mejorar los servicios (de pésima calidad), acusó del fracaso socialista a la falta de contabilidad de costos en su estructura económica. Las empresas públicas estaban dominadas por criterios ideológicos. Así se había dejado de lado la rentabilidad, que no es otra cosa que la diferencia entre el costo de producción y precio de venta de los productos en el mercado. Así de simple.
Con su libro, Gorby –ya elevado a pop star, era llamado así por su legión de fans– acercó sus ideas a la población, y esta las interiorizó. Desarrolló con claridad conceptos de la administración moderna experimentados con éxito en occidente. Desnudó el descalabro de la economía centralizada, dominada por un régimen totalitario cuyo norte era perpetuarse en el poder. Binomio costo-calidad, competitividad, dirección por objetivos, incentivos y otros conceptos al alcance de todos, libremente.
Cancelar la exportación del comunismo, el financiamiento a líderes mundiales y el millón de dólares destinado a Cuba cada día, fue la gran osadía del más joven del presídium. Ya sabemos entonces quiénes son sus detractores hasta hoy en día. El Foro de Sao Paulo nace por la ausencia de subvenciones soviéticas. Sus fundadores (Fidel Castro, Hugo Chávez e Inácio Lula) idearon la manera de sobrevivir.
La caída del muro de Berlín, símbolo del quiebre, fue sinónimo de esperanza para los perseguidos y losencarcelados, los sometidos a hambre y muerte, y los privados de derechos civiles y políticos. Con la desaparición del inexistente paraíso socialista, cayeron regímenes totalitarios que promovieron la delación para imponerse. La libertad de crítica y la transparencia de las actividades públicas, también desarrolladas en su libro, se multiplicaron. Cerraron cárceles y centros de “readaptación” para opositores. Terminó el “derecho” de unos pocos a mandar, y con ello la mayoría ya no estaba obligada a obedecer calladamente en el reino de la escasez.
La voluntad de hacer el bien tuvo un respaldo envidiable. Jóvenes, intelectuales, académicos, artistas, escritores y periodistas se unieron contra el socialismo oscuro y obsoleto. La cultura popular era su bastión. En Moscú, en la calle Arbat, la famosa zona consentida, le daban su apoyo caricaturistas, punkies, dibujantes, grafitis y demás.
Cuarenta años después, el marxismo del Siglo XXI intenta imponerse. La desinformación es su mejor arma. Controla organizaciones mundiales, la opinión pública y los medios de comunicación. Su avanzada cultural gana adeptos. No obstante, sigue presente el ejemplo de Gorbachov. Que descanse en paz. Cumplió su tarea.
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