Jugando con los idearios políticos

Un tema importante a rescatar de la confrontación política vivida en torno a la elección presidencial, es el referido al valor o trascendencia del denominado ideario político que, sustentado sobre una determinada ideología, examina la situación del país en su momento y propone acciones expresadas en un programa. Es en función de ello que los electores fehacientemente informados, optan por una u otra candidatura. 

A través de los años, partidos o remedos de ellos han asumido que el ideario no es más que un requisito de la formalidad electoral. Y que al llegar al gobierno recién se definen las políticas a ser ejecutadas, buscando a las personas que han de hacerlo (funcionarios de confianza que también conforman sus equipos), una práctica aceptada por la población. Por esa razón muchos no conciben que el ideario y las propuestas expresadas en la campaña sean reales. Un gravísimo error que, en la coyuntura actual, le costará demasiado al país, por la sencilla razón de que Perú Libre sí está dispuesto a implementarlo.

En los comicios de la segunda vuelta, tras la defensa o no de la democracia, debido a la conformación de conglomerados partidarios, las opciones ideológicas fueron disimuladas por la suma de concepciones diferentes. Por ejemplo, en el caso de Perú Libre (huérfano de cuadros y experiencia de gestión) la adhesión de Juntos por el Perú, Partido Morado, Somos Perú, Partido Nacionalista, Frente Amplio, Runa, entre otros, otorgaría en términos de presencia, un “mayor peso” a quienes gobiernan el país durante los últimos 20 años. En una jugada ocurrente y audaz, ellos buscan continuar su permanencia, asumiendo que de ganar el mencionado partido, carente de cuadros y con nula experiencia de gobierno, encontraría en ellos, como socios, el sustento gerencial que requiere.

Las advertencias sobre la relación entre partido, ideario, candidato y conducción, que fueron señaladas mucho antes de las lecciones por el Hermanón en su afirmación “este es nuestro partido, compatriotas, no es de Pedro Castillo... el equipo técnico es de nuestro partido dirigido por nuestro candidato Pedro Castillo y por nuestro secretario general Vladimir Cerrón…”, han sido recientemente ratificadas por este último: “Parece que algunos invitados no son conscientes del espacio que ocupan. Les recuerdo que Perú libre es el que ha ganado las elecciones”. Avisados estamos, pues el fraude claramente confirmado contra Fuerza Popular, realizado en mesa, la manipulación de los datos en la ONPE, la falta de seriedad y comportamiento anticonstitucional del Jurado Nacional de Elecciones, los intentos de limpiar judicialmente a Vladimir, la intromisión y presión del presidente Sagasti, se orientan a entregar el país a Perú Libre, cuyos planteamientos e ideología extremista encontraran en la débil democracia el escenario favorable para su rápida imposición. 

Hemos señalado en anteriores oportunidades que en la política la ingenuidad no tiene cabida. Y más pronto que tarde, los corruptos transformados en adalides de la ética, autodenominados defensores del bien común, por haber cedido al oportunismo sin interesarles en absoluto los fundamentos ideológicos de sus aliados, probarán el sabor de su propio veneno de traición a la patria. No está de más afirmar que las posiciones del partido liderado por Cerrón, aprovechando el arribismo de sus aliados, los utilizará para seguir confundiendo al pueblo, avanzando raudamente a implementar sus propuestas programáticas. Cuando esto ocurra y la desgracia esté encima, recién entenderemos que los idearios no son asunto de juego.