Honor a Alan

Si hay un hombre que ha sido investigado en el siglo XX y lo que va del presente, ese hombre es Alan García, el peruano más investigado de los últimos tiempos en la historia del Perú. 

A este hombre, elegido dos veces presidente en 1985 y 2006, se le han imputado todo tipo de delitos. Se le ha acusado de destruir la economía en 1988; aunque yo defiendo la tesis de que los verdaderos causantes fueron los dueños de la producción nacional, que se llevaron sus capitales fuera del país, a pesar de la riqueza que hicieron con las facilidades de inversión dadas en ese gobierno.

De él se ha dicho también que tenía una casa al lado de Julio Iglesias. Se inventó un informe, el famoso informe Lark, a cargo de uno de sus más grandes perseguidores; me refiero a Fernando Olivera, enviado por la derecha a perseguir a García por atreverse a irse en contra de los ricos. Ha sido juzgado luego de su primer gobierno; fue acusado de ladrón, pero nunca se comprobó ni se ha podido probar ninguna de estas acusaciones en su contra porque eran falsas. Sin embargo, los enemigos de Alan García, como no pueden probarle nada, dicen que la prueba de su culpabilidad es que no hay pruebas. 

Con esta lógica, en nuestro país se han abierto las puertas para perseguir a cualquier persona con el mismo argumento: eres culpable porque no hay pruebas. Este tipo de argumentos no pueden permitirse en un Estado que se llama democrático, donde se debe respetar el derecho a la inocencia de las personas, que por dichos de terceros inmediatamente se vuelven culpables.

Los enemigos de Alan García son los enemigos del Apra. Son la derecha y la izquierda de este país, que odian al Apra porque en sus dos gobiernos ha presentado obra a favor del pueblo. Odian al Apra porque está interesado en poner a leer a los peruanos, porque está en contra de los intereses abusivos de las tarjetas de crédito, porque hace escuelas, estadios. Todo esto nunca le interesó a la izquierda ni a la derecha nacional, que necesitan que los peruanos vivan en ignorancia, necesitan mano de obra barata; no quieren que los peruanos cuestionen, reflexionen sobre su realidad.

Perseguido en vida y muerte, yo me pregunto ¿qué clase de país estamos forjando con este tipo de odios viscerales? ¿Es que acaso nuestra sociedad no ha cambiado o no ha aprendido nada desde 1930? ¿Qué ganaron persiguiendo a Haya de la Torre? Nada. Cuarenta años después de su muerte fue elegido como el hombre del siglo XX, y reconocido por sus propios opositores. Si no le pudieron disputar a Alan García su lugar en vida, qué les hace creer que podrán lograrlo ahora que está muerto.

Yo estoy terminando de leer una obra, que recomiendo a todos los que siguen esta columna, que se llama “Los reyes malditos”. En el prólogo del último tomo de esta colección el escritor dice que las tragedias de la historia revelan a los grandes hombres, pero son los mediocres los que causan las grandes tragedias. Reflexionen en eso antes de perseguir a un hombre cuya inocencia está probada y que es inalcanzable.