Mariana de los Ríos
Hollywood según Tarantino
Polémicas en torno a su más reciente película
Estrenada en 2019, Había una vez en Hollywood, la más reciente película de Quentin Tarantino (Tennessee, Estados Unidos, 1963), fue recibida bastante bien por la crítica, aunque no llegó a ser considerada como una de las mejores obras de su autor. Casi todos vieron en la película un emotivo homenaje al Hollywood de finales de los años sesenta, los años de infancia de Tarantino, el momento en que se pasaba del sistema de producción de películas basado en los grandes estudios (ubicados en Hollywood) al cine de autor (la generación de Coppola, Scorsese, De Palma y Spielberg, entre otros). Sin embargo, las interpretaciones de diversos detalles y elementos de las películas han generado discusiones y polémicas. Aquí pasamos revista a tres de esas polémicas.
Sharon Tate: un ícono machista
La historia se centra en la vida de un actor de Hollywood venido a menos, Rick Dalton (interpretado por Leonardo DiCaprio), y la de su amigo y doble de acción, Cliff Booth (Pitt). De manera paralela a la trama principal, somos testigos de fragmentos de la vida de la actriz Sharon Tate (interpretada por Margot Robbie) y de los miembros de la secta la Familia Manson, liderada por Charles Manson. La principal polémica generada por la película fue por su supuesto machismo. Los dos protagonistas masculinos están bien desarrollados y tienen una evolución a lo largo de la película, con diversas facetas y que muestran emociones. En cambio los personajes femeninos son mucho más simples, desde la angelical Tate hasta las sumisas adolescentes del clan Mason. Tate parece estar siempre en un estado de “gracia” que la eleva sobre lo que pasa alrededor de ella. La vemos bailando en una fiesta en la Mansión Playboy, o yendo al cine a ver la película en la que ha tenido un rol secundario; pero no la vemos conversar con nadie. Casi no tiene diálogos, y si habla solo dice trivialidades. Salvo en la escena en que entra en una librería a comprar una novela… pero eso es un evidente añadido a posteriori, seguramente ante las críticas por la falta de “intelectualidad” del personaje.
Trudi Fraser: la crítica a los actores de “método”
Sin embargo, sí hay un personaje femenino que demuestra mucha sabiduría: Trudi Fraser (interpretada por Julia Butters) una niña prodigio de la actuación, inspirada en la actriz Jodie Foster (Los Ángeles, 1962) que en esa época ya protagonizaba series y películas. Dalton y Fraser van a compartir una escena, y se encuentran de casualidad poco antes de eso, y establecen la más rara conversación. La niña reflexiona con mucha madurez sobre diversos temas, pero especialmente sobre el arte de la actuación. Sus ideas concuerdan con las del famoso “método de actuación”: no quiere “salir” del personaje, y quiere que la llamen por su nombre real sino por su nombre en la ficción. Por supuesto, que todo esto lo diga una niña de ocho años de edad lo convierte más bien en un parodia, en una crítica soterrada. Y esa idea se confirma cuando vemos a Dalton (sin método, medio borracho y olvidando parte de sus diálogos) hacer una mucho mejor actuación que la niña. Algo que la propia Fraser reconoce.
Cliff Booth: el doble real
Había una vez en Hollywood se desarrolla como un juego de espejos. Básicamente entre la realidad y la ficción (el Hollywood de los años sesenta y las películas y series de televisión) pero también entre las propias ficciones (el western americano y el spaghetti western), o la realidad “histórica” y lo que se cuenta en la película (las diferencias entre el destino de Tate). Pero acaso la más interesante relación especular es entre los dos protagonistas, Dalton y Booth, quienes a pesar de su parecido físico resultan completamente opuestos. Dalton es hablador, sentimental y miedoso; Booth es lacónico, duro y valiente. En realidad Booth es todo un paradigma de masculinidad; desde amigo leal hasta peleador invencible (en esta película derrota hasta al propio Bruce Li) hasta amigo leal ejemplar. Así Brad Pitt repite (replica) de alguna manera el papel que hizo en El club de la pelea (1999), el de alter ego idealizado del protagonista. Solo hay una mancha en el pasado de Booth: fue acusado de haber asesinado a su esposa. Al parecer ha sido absuelto de ese cargo; y aunque la película hace un breve flashback al momento previo a esa muerte, no queda clara la inocencia o culpabilidad de Booth. ¿Puede un paradigma de masculinidad ser sospechoso de un feminicidio? ¿O es que en el Hollywood de los años sesenta nadie estaba libre de ese tipo de problemas, y esa mancha en el pasado de Booth es su anclaje en la realidad?
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