Martín Taype
Hambruna afecta a millones en el mundo
Según un informe reciente de la FAO
Encontrándonos en un entorno incierto y cambiante en el ámbito económico y geopolítico –debido al impacto en el corto, mediano y largo plazo de las tensiones militares entre Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, frente a Rusia, China, Irán, Corea del Norte y sus aliados, así como al actual conflicto en Ucrania– es evidente que los pronósticos de crecimiento para la economía mundial se reduzcan fuertemente para este año 2022. Esta reducción enviaría al hambre a millones de personas en el mundo, y nuestro país no es ajeno a esta situación.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hay 193 millones de personas en inseguridad alimentaria aguda, y más de 800 millones con desnutrición crónica. La FAO establece que la inseguridad alimentaria aguda es de corto plazo, mientras que la desnutrición crónica es una consecuencia de largo plazo. El incremento de personas desnutridas como consecuencidia de la pandemia de Covid-19 fue más o menos de 161 millones de personas, según una nota informativa publicada por el portal web del diario El Comercio.
En el caso de Latinoamérica, sobre todo en el Perú, los daños causados por la pandemia han sido muy fuertes, debido a que la economía peruana es informal. Esa gente no era pobre, tenía un ingreso medio, pero al perder su actividad económica pasó a la pobreza, porque además liquidó su capital de trabajo. Por eso en el Perú el crecimiento de la inseguridad alimentaria fue altísimo, según la FAO.
Además de esto, la FAO señala que le preocupa mucho más el 2023. Porque, ¿qué va a pasar en el Perú si no se logra los fertilizantes tan necesarios para nuestra agricultura? Toda la productividad de los productos de alto valor del Perú va a caer: especialmente los espárragos y las frutas, estrellas de nuestra agroexportación. Toda Latinoamérica es importadora dependiente de la producción rusa de NPK [nitrógeno, fósforo y potasio, empleados en los fertilizantes].
Por lo expuesto y teniendo en cuenta que los pronósticos de crecimiento caerán fuertemente debido a factores geopolíticos citados teniendo en cuenta que Rusia, China, Irán y Corea del Norte sus aliados enfrentados a Estados Unidos y la OTAN son los principales productores de gas, petróleo, fertilizantes, cereales, entre otros productos estratégicos, cuyos precios ya se han disparado, agudizaran el hambre en el mundo y en nuestro país.
También influirán negativamente un inminente rebrote del covid-19, como lo ha advertido recientemente el Ministerio de Salud (Minsa) dado que la pandemia no ha concluido y está mutando con nuevas variantes. Asimismo existen factores internos: los conflictos sociales, la corrupción, la dependencia en los precios de los productos mineros y la inestabilidad política, entre otros. Los programas sociales aportan a disminuir la pobreza pero con un impacto mucho menor en términos porcentuales que el crecimiento económico. Por eso no es posible disminuir el hambre y la pobreza en el corto o mediano plazo.
Recordemos que el crecimiento económico no necesariamente implica desarrollo y reducción del hambre y la pobreza de un país, y que los programas sociales son solo paliativos temporales. Por ello, es imprescindible diversificar nuestras exportaciones y buscar nuevos socios comerciales, sin injerencia política alguna.
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