Javier Agreda

Gaijin y sus detractores

Gaijin y sus detractores
Javier Agreda
14 de noviembre del 2014

Polémica literaria sobre Gaijin, la más reciente novela del peruano Augusto Higa           

Una de las novelas peruanas más importantes entre las publicadas en los últimos meses, es Gaijin (Animal de invierno, 2014) de Augusto Higa Oshiro (Lima, 1946). Y no solo por los elogios de los críticos y las numerosas entrevistas que se le han hecho al autor (en todos los medios), sino también por el éxito entre los lectores, pues la novela figuró entre los libros más vendidos en la última Feria Internacional del Libro de Lima. Sin embargo, ante la proximidad del fin de año y de los inevitables recuentos de “lo mejor” de la producción literaria, han surgido algunas voces que cuestionan el consenso sobre la calidad de la novela, y que incluso la califican de “pésima” y “llena de errores”.

El principal reparo que se le hace a la novela es la abundancia de adjetivos, especialmente de aquellos más extraños o rebuscados. El poeta y traductor Renato Sandoval es quien ha comentado esto con mayor amplitud: “está plagada de adjetivos, cuyo real significado parece que ignorara el autor, razón por la cual el lector avisado se desconcierta y desvía su atención de lo que dicho autor quiere narrar debido a lo equívoco de su lenguaje” (sic).

Es fácil comprobar si Sandoval tiene razón. Efectivamente, hay una gran cantidad de adjetivos, y no precisamente de aquellos que uno suele asociar con los sustantivos a los que se asocian. En cambio, hay casi una total ausencia de adverbios, lo que indica un manejo consciente del lenguaje y de sus opciones por parte del autor. ¿Ignora Higa el significado de esos adjetivos? Buscamos en el diccionario, y los significados que les atribuye sí aparecen, aunque no como “primera acepción”. En todo caso, el que parece ignorar esos significados no tan obvios de los adjetivos es el propio Sandoval.

Por su parte, el crítico y narrador Gabriel Ruiz Ortega se pregunta: “¿por qué se celebra tanto un borrador en limpio como este, que es todo un ejercicio lírico exprimiendo el diccionario?”. Y encuentra la respuesta en el propio circuito literario limeño “que premia y ningunea según su conveniencia”: “Ocurre que en términos de política literaria, Higa no es un autor incómodo, conflictivo (y no tiene por qué serlo), como bien podrían ser Reynoso, Gutiérrez, Alarcón, Ampuero y Cueto, que siempre tendrán tantos hinchas como detractores. Higa es pues un autor inofensivo, nada polémico”. Por supuesto, Ruiz Ortega concluye su crítica haciendo su propia lista de candidatos a “libro del año”; obras narrativas de autores más jóvenes, por lo que asumimos que el reclamo es más bien generacional.

Al menos en algo tiene razón Ruiz Ortega: Gaijin no es el mejor libro de Higa, y hasta es inferior a su anterior novela, La iluminación de Katzuo Nakamatsu. A eso se suma un trabajo no muy bueno de edición y corrección de estilo, por lo que resulta fácil encontrarle errores de todo tipo. A pesar de todo eso, Gaijin es una buena novela, de las mejores publicadas en nuestro país en el 2014, sin importar lo que digan sus detractores.

Por Javier  Ágreda
14 - nov - 2014

Javier Agreda
14 de noviembre del 2014

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