Édgar Villanueva

Fracasa vacancia a PPK: ¿A voltear la página?

Pero sin dar tregua a los corruptos

Fracasa vacancia a PPK: ¿A voltear la página?
Édgar Villanueva
22 de diciembre del 2017

 

“Si siempre haces lo mismo, no esperes resultados diferente”

(Albert Einstein)

 

La crisis política en el país se ha resuelto solo parcialmente. La derrota de la moción de vacancia impulsada por el Frente Amplio, secundado entusiastamente por el fujimorismo, significa un triunfo coyuntural y precario para el oficialismo, ya que solo obtuvo 19 votos de apoyo contra su defenestración. Es circunstancial el triunfo porque habrá que esperar aún la reacción del mayor perdedor de esta jornada política: Fuerza Popular. No solo por haber fracasado en su intento de derribar a PPK, sino porque la solidez de su bancada ha sido agrietada por la división entre keikistas y albertistas, y eso los debilita estratégicamente; en especial, en las aspiraciones presidenciales de Keiko Fujimori.

En paralelo tendremos que evaluar la conducta del propio Gobierno y los cambios que necesariamente tendrá que impulsar en relación, sobre todo, a la lucha contra la corrupción, el impulso de la economía y su relacionamiento con una población indignada, aunque aún paralizada. Todo lo que ha sucedido anoche en el Congreso debería suponer que el presidente sea el principal interesado en que las investigaciones sobre las imputaciones que pesan sobre él, respecto a sus presuntas relaciones con la corrupción internacional de Lava Jato, sean totalmente aclaradas en las instancias correspondientes y de cara a la población.

El triunfalismo no es buen consejero y menos la soberbia; en esa línea han sido las primeras palabras de la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, quien ha manifestado su voluntad de diálogo, de coexistencia política y de servicio al pueblo. Si bien eso resulta saludable no es suficiente: el oficialismo no puede seguir cometiendo graves errores en su manejo gubernamental y debe tener una estrategia y mejor manejo político haciendo cambios también en el Gabinete. Tiene que jugar adelantado, con transparencia y proponiendo puntos de encuentro para asegurar la gobernabilidad. Si sigue haciendo lo mismo, conseguirá los mismos o más graves resultados. El Gobierno, entonces, deberá impulsar su propia reconstrucción política con cambios.

 

La crisis no está conjurada, el pueblo sigue en el desconcierto toda vez que no se siente representado por el Gobierno y tampoco por el Congreso. Una tarea fundamental para las fuerzas políticas es recuperar su confianza, montaña muy difícil de escalar si no hay un deslinde claro con la corrupción y un compromiso claro para combatirla, Cualquier signo de impunidad puede crear una nueva crisis, ya no solo en las alturas sino en las calles.

 

Para el fujimorismo esta derrota es muy grave. Apostaron todos sus boletos a la vacancia y, desde la prisión, su jefe les quemó el pastel en la puerta del horno; habrá que ver cómo matan sus pulgas en casa o cómo desalojan a los albertistas. Si respecto al Gobierno incrementa la sangre en ambos ojos, esta crisis en las alturas se convertirá en una crisis permanente de pronóstico reservado. Y así como ahora, que ninguno ha ganado nada, el desgaste será mayor para los naranjas en su perspectiva al 2021; y para el Gobierno en su manejo de las riendas del poder.

El mejor camino para el Perú sería tranquilizar las aguas en estas navidades y establecer puntos claros de cohabitación entre las fuerzas políticas, con el firme compromiso de sacar adelante la economía en el 2018. Voltear esta página de feroz confrontación, pero sin dar tregua a los corruptos (sean quienes sean y caiga quien caiga), porque pronto vendrá una nueva ola de la náusea corrupta desde el Brasil que, de seguro, desenmascarará a muchos pillos que están pasando piola y que están enquistados en el aparato del Estado (léase Proinversión, MEF, MTC, gobiernos regionales, gobiernos locales, empresarios corruptos etc.) que tratan, por todos los medios, de dar sostenibilidad a la impunidad.

¡El país está primero! ¡Feliz Navidad para todos!

 

Édgar Villanueva
22 de diciembre del 2017

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