Ficción, historia y memoria

Sobre la más reciente y polémica novela del escritor español Javier Cercas

Uno de los libros más comentados y discutidos en lo que va del año es la novela El impostor (Random House, 2015), del escritor español Javier Cercas (Ibahernando, 1962). Y no podía ser de otro modo, pues se trata de una biografía del sindicalista catalán Enric Marco (1921), un reconocido hombre de izquierda que en la Guerra Civil española fue soldado republicano, y cuya vida está llena de episodios épicos. Lamentablemente, en el año 2005 se desató un gran escándalo, cuando el historiador Benito Bermejo demostró que buena parte de esos episodios eran falsos, especialmente la estadía de Marco en un campo de concentración nazi.

Siguiendo el consejo de Mario Vargas Llosa, Cercas decidió escribir una biografía “real” de Marco, haciéndole una serie de entrevistas en las que le dio la oportunidad de contar su versión de todos los sucesos; paralelamente, hizo el trabajo de investigación necesario, entrevistó a Bermejo y consultó todo tipo de documentos de época. El resultado nos lo entrega en las dos líneas narrativas, paralelas y alternadas, que forman la novela. La primera es la reconstrucción “lineal” de la compleja y exagerada vida de Marco: su nacimiento en un manicomio, su adolescencia como soldado en la GCE, su oscuro paso por la Alemania de Hitler, sus estudios de Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona y su posterior labor como dirigente sindical.

La segunda línea cuenta el proceso de construcción del libro, algo característico en la narrativa de Cercas, presente en su más conocida novela, Soldados de Salamina (2001). Así en El impostor se incluyen todos los entretelones de las conversaciones del autor con Marco, de las comprobaciones documentales de estos testimonios (incluso fotografías de algunos de esos documentos) y de la propia redacción de la novela. Pero más que nada, lo que se nos entrega son las reflexiones del autor sobre temas como los límites entre historia y literatura, el poder de las mentiras dentro de las ficciones y el problema de la “memoria histórica” (la distinción entre memoria e historia), en sociedades que han pasado por graves conflictos internos.

Es en esta segunda línea donde están los mayores problemas de la novela. Para empezar, hay demasiadas repeticiones. Frases como “la verdad mata, la ficción salva” y “el pasado no pasa nunca, ni siquiera es pasado” se repiten decenas de veces. Y en cuanto a las reflexiones, la mayoría no pasan de ser generalizaciones efectistas. El español Sebastiaan Faber ha señalado, por ejemplo, que “toda la reflexión sobre memoria e historia se fundamenta en un artículo de opinión del propio Cercas… haciendo caso omiso de los muchos y enconados debates entre historiadores, sociólogos y politólogos sobre el tema”. Lo mismo se podría decir de las especulaciones sobre el tema de las mentiras en las ficciones, en el que Cercas también se limita a citar algunas frases de escritores reconocidos.

A pesar de esos problemas, Cercas logra entregarnos en El impostor una muy interesante novela y una biografía imparcial de Enric Marco, no obstante el rechazo personal que le provoca el personaje. Un libro sumamente polémico y que seguirá generando debates.

Por Javier Ágreda

12 – Jun – 2015