Alejandro Arestegui
Eurocopa 2024: la penosa politización del fútbol
Una competencia deportiva convertida en un campo de batalla de ideologías y nacionalismos
Los campeonatos del fútbol nos otorgan diversión y emoción a los apasionados de este deporte. Ya sea el mundial de fútbol, la copa América, el campeonato de fútbol de los Juegos Olímpicos o la Eurocopa, estos torneos que ocurren cada 4 años son un auténtico espectáculo visual. Lamentablemente estos torneos, que originalmente eran diseñados para hermanar a los países y promover la sana competencia terminan manchándose por la politización y la violencia. El caso más reciente es el de la Eurocopa 2024, celebrada en Alemania. Aquí resumiremos uno de los tantos episodios de violencia política que manchan al fútbol.
La Eurocopa es uno de los torneos de fútbol más prestigiosos del mundo, solo superado en importancia por la Copa del Mundo. Son 24 los equipos nacionales que participarán en el torneo. Estos equipos se clasifican a través de un proceso de eliminatorias que tiene lugar en los años previos al torneo. Los partidos se juegan en 10 ciudades alemanas que actúan de sede: Berlín, Múnich, Dortmund, Stuttgart, Hamburgo, Düsseldorf, Leipzig, Colonia, Fráncfort y Gelsenkirchen. Estos 24 equipos se dividen en 6 grupos de 4 equipos cada uno. Cada equipo jugó contra los otros equipos de su grupo una vez. Los dos mejores equipos de cada grupo, junto con los cuatro mejores terceros lugares, avanzaron a la fase de eliminatorias, que incluye octavos de final, cuartos de final, semifinales y la final (que se jugará el próximo 14 de julio).
En cuanto a lo futbolístico, esta Eurocopa nos ha ofrecido partidos electrizantes llenos de emoción, auténticos golazos y jugadas maestras. También la Eurocopa ha demostrado que las selecciones de menor prestigio pueden compartirles de tú a tú a las potencias europeas, algunas de las cuales están en un mal momento como fue el caso de Bélgica o de Italia. Otras selecciones de prestigio pasaron de ronda solamente por la calidad de sus jugadores y no por ser equipos cohesionados, como es el caso de Inglaterra o de Portugal. Algunas elecciones que se creía iban a dar que hablar cayeron rápidamente como fue el caso de Escocia o de Hungría. Selecciones de las cuales no se esperaba mucho terminaron dejando grandes impresiones como lo fueron Rumania, Georgia o Turquía.
Las heridas de la balcanización aún no han cicatrizado
En cuanto a los hinchas que más problemas causaron durante esta Eurocopa sin duda alguna fueron los de la selección de Serbia. Los ultras de la nación ex-yugoslava son los que más problemas han causado a la policía y fuerzas del orden alemanes. Sus continuas peleas violentas con hinchas de Inglaterra sólo fueron opacadas por la ola de insultos, golpes y denuncias entre serbios e hinchas de Albania. Paralelo, jugadores suizos de origen albano-kosovar (hablamos del mediocampista Granit Xhaka y el delantero Xherdan Shaqiri) continuamente defienden al país de origen de sus padres y en más de una ocasión la UEFA les llamó la atención. Otro episodio de violencia se evidenció en el partido entre Serbia y Eslovenia, el partido acabó en empate, pero las trifulcas e insultos no faltaron.
Las opiniones poco informadas e irresponsables de algunos futbolistas
Otra sorpresa de la Eurocopa fueron las desatinadas y desafortunadas declaraciones de dos futbolistas franceses, el defensa Joules Koundé y el delantero Kylian Mbappé. Ambos futbolistas declararon abiertamente en rueda de prensa que los franceses debían de votar en contra de la “extrema derecha” (refiriéndose obviamente a la candidata Marine Le Pen). En el caso de Mbappé, mencionó: "Somos ciudadanos ante todo y no podemos estar desconectados del mundo que nos rodea. Llamo a todos los jóvenes para que vayan a votar. Nuestro país necesita los valores de la mezcla, tolerancia y respeto".
El caso más rocambolesco fue el de Koundé, luego de sus sanguíneas declaraciones en Twitter (ahora X), en rueda de prensa oficial declaró que: “Me decepcionó ver el rumbo que está tomando nuestro país. Hay una segunda vuelta y será importante bloquear a la extrema derecha”. Esto lo mencionó en la rueda de prensa del partido el que se iban a enfrentar a selección de Bélgica y que aconteció posteriormente a la primera vuelta electoral en Francia, en la cual triunfó el partido de Marine Le Pen ¿Dónde está lo perjudicial, ignorante e irresponsable de sus palabras? Que Koundé no se ha tomado la molestia de leer siquiera una sola página del plan de gobierno de Marine Le Pen y de su partido RN. Dudo que Koundé tenga una mínima formación en ciencia política y lo que es peor aún, ni siquiera critica en lo más mínimo al verdadero peligro: la horripilante coalición de extrema izquierda (Nuevo Frente Popular) que ha quedado en segundo puesto en las elecciones. Contra ellos ni pío.
Todas las personas como ciudadanos tienen el derecho de expresar sus opiniones políticas. Sin embargo, cuando eres una celebridad que encima representa a todo un país tienes el deber de limitarte a lo que sabes hacer: en este caso jugar al fútbol. Aquellas opiniones que conducen a polarizar y tergiversar el debate son meras palabrerías tendenciosas y absurdas.
La paranoia de los europeos con la “extrema derecha”
Continuando con el mito de la “extrema derecha”, su irracional miedo a ésta los lleva a generar teorías conspiranoicas. La última de estas absurdas teorías pretende difamar al defensor turco Merih Demiral. El zaguero turco Demiral fue el héroe de su país en el partido frente a la selección austriaca, anotando dos goles que le valieron la clasificación de Turquía a cuartos de final. Posterior al partido el jugador realizó con los dedos la señal del “Bozkurt Göktürk” (la señal del lobo gris). Se trata de un símbolo milenario turco que proviene de una antiquísima leyenda preislámica que es símbolo de orgullo y demuestra su pasado nómada y estepario. Este símbolo fue adoptado posteriormente por una organización radical conocida como los Lobos Grises. Este hecho aislado fue tomado como pretexto por las autoridades alemanas que exigen a la UEFA que aperture una investigación contra Demiral por, supuestamente, apoyar a una organización radical de extrema derecha, racista, xenófoba y paramilitar. Sinceramente es divertido cuando dicha acusación viene de parte de los alemanes, conociendo su controversial pasado y repetida paranoia respecto a cualquier símbolo o actitud que pueda considerarse “fascista”. Sería menester que antes de realizar una acusación formal, los funcionarios alemanes deberían de revisar un poco de historia de los pueblos túrquicos esteparios de Asia Central, su mitología, cosmovisión, tradiciones y costumbres.
Como puede observar estimado lector, esta Eurocopa no solamente está marcada por lo meramente futbolístico, sino también por lo político. Entendemos que el humano es un animal político, pero también es un ser racional, qué debes saber distinguir la paja del trigo. Es extraño e irónico pensar que Europa es superior a Latinoamérica en todos los aspectos, pero esto no es del todo cierto. Si comparamos esta Eurocopa con la copa América (que también se está desarrollando en paralelo), esta última no ha tenido ni la décima parte de división y controversia política que sí han tenido los europeos. Demuestra también que las enemistades y rencillas entre países europeos están más vivas que nunca, mientras que los latinos podemos tener diferencias, sin tener que recurrir a una violencia extrema. Asunto a tratar, mientras tanto, disfrutemos del fútbol.
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